"Me voy porque desde hace un tiempo no se estaban dando las condiciones para poder seguir trabajando en Radio 10. Es una radio que no tiene nada que ver con la que yo empecé trabajando el 4 de enero de 1999.” Se cansó de no trabajar a gusto. Se cansó de ver compañeros de muchísimo tiempo irse por la puerta de atrás. Se cansó de que los nuevos dueños, Cristóbal López y Fabián De Souza, desprotegieran la programación. Oscar González Oro dijo basta.
Este viernes, el conductor de El oro y el moro decidió rescindir su contrato con Indalo Media, dueño de la AM 710, con vigencia hasta el 31 de diciembre de 2014, y de esta manera abandonó una casa en la que desde hace tiempo, dice, se sentía un extraño.
Luego de dar un comunicado en su página oficial de Facebook y postear varios tuits, el Negro charló en exclusiva con PERFIL: “Estoy tranquilo, liberado, y a la vez triste porque son 16 años, pensando en el proyecto del lunes 3 que comienzo en América y esperando que termine mi luto para decidir mi futuro en la radio”, revela el conductor tras almorzar en Carmelo, Uruguay, ciudad en que pasa sus últimos días de vacaciones.
“La gota que rebasó el vaso es que no voy a negociar la calidad de la radio en que yo trabajaba en pos de no sé qué objetivos que tendrán los dueños. Sin dudas, no son los mismos que los míos”, responde y afirma que se solidariza con Antonio Laje y Gustavo Mura, despedidos por la dirigencia de La 10. “Lamentablemente, ya no están más. Se han cometido injusticias que no puedo tolerar”, contesta y sostiene que nunca le sugirieron no hablar de ciertos temas: “A mí nunca nadie me bajó línea. Nunca me llamó De Souza para decirme absolutamente nada. En esta ocasión, hablé con (José Luis Rodríguez) Pagano (director de Radio 10). El también estaba muy triste y quería que me quedara. Es amigo, trabajamos juntos, ¿cómo no va a querer? El entendió mi decisión.”
—¿El primer golpe que te afectó fue la salida de Marcelo Longobardi, a quien después le fue muy bien en Mitre? ¿O que desde la dirección de La 10 hayan descuidado la programación?
—Las dos cosas. ¿Cómo no me va a afectar lo de Longobardi si trabajó 13 años conmigo? Por supuesto que sí. Es un gran profesional y lo quiero muchísimo, seguimos siendo amigos, viéndonos, por más que no trabajemos en la misma emisora.
—¿A Cristóbal López lo conocías?
—Creo que lo vi tres veces en mi vida. La primera en un evento social, otra vez fue un día que lo invité a un asado en que no tuvimos charla porque éramos como veinte personas, y la última en el lanzamiento del Grupo en el Hipódromo de Palermo.
—Terminaste en diciembre con 18,1% de share con Baby Etchecopar. Chiche Gelblung dice que La 10 cayó en audiencia porque la gente la castigó por haber sido comprada por un empresario afín a la Casa Rosada. ¿Qué análisis hacés vos?
—Es un poco de todo. Nadie se suicida por una sola razón. La gente está enojada y tiene derecho de estar enojada, porque son los que escuchan la radio y fueron ellos quienes me pusieron en el primer lugar durante mucho tiempo. No fueron los empresarios ni los grupos de medios...
—¿El “desarme” y la pérdida de audiencia están hechos a propósito o no la saben administrar?
—Esto es fácil: saben o no saben de medios. Creo que no saben.
—Marcelo Tinelli es CEO de Indalo Media, por lo que si continuabas en La 10 iba a ser tu jefe. ¿Qué te generó el encuentro entre Tinelli y Capitanich? ¿Te molestó?
—Sí. Creo que la reunión con Capitanich tendrían que haberla hecho en la casa de Coqui o en la casa de Marcelo. No en la Casa Rosada, en la que solamente hablaron de fútbol. ¿Para qué ir a la Casa Rosada a hablar de fútbol? No lo veo.
—¿Te hizo ruido?
—Me parece que no le hace bien a Marcelo sacarse fotos entrando a la Casa Rosada y él sabía que si iba le iban a sacar millones de fotos. Entonces, si no querés que te saquen fotos no vayas. Yo en su lugar invito a Capitanich a tomar un café en el balcón de mi casa.
—¿Te invitaron muchas veces a Balcarce 50?
—No demasiadas. Fui para la cena del Bicentenario, que eran 200 invitados especiales, y después estuve con Néstor dos veces, y después en Olivos entrevisté a Cristina cuando era candidata a presidenta en 2007.
—¿Saber qué pensamientos tiene el dueño y los últimos despidos limitaban tu trabajo?
—No. Si yo estuviera al aire, estaría hablando de los cortes de luz. ¡Cómo no voy a hablar de los cortes si la gente lo que espera es que yo hable de eso! ¡Por favor! ¿Qué voy a poner, música?
Oscar González Oro descansa en Uruguay. Dice que espera finalizar el luto de su triste salida para hablar de su futuro radial. Confirma que seguirá en AM porque “no iría nunca a FM”, y que tiene ofrecimientos. El año pasado, cuando tambaleó por primera vez su continuidad en La 10, recibió el llamado de Radio Continental, pero Oro decidió continuar por un año más en la AM 710. Hoy el panorama es otro. Fuentes cercanas al conductor confiaron a PERFIL que estaría negociando con radio La Red, de Daniel Vila –quien lo contrató para que vuelva a la TV en América– y que ocuparía una estrecha franja horaria, de 8 a 10, entre Luis Novaresio y Jorge Rial. Por lo pronto, el Negro está sin micrófono y con un pasaje aéreo que lo traerá mañana de Uruguay a la Argentina.
A partir del 3 de febrero, Oscar González Oro conducirá Los unos y los otros en la pantalla de América, en reemplazo de Andrea Politti. Será el retorno a la TV abierta y en el mismo canal donde hizo Posdata a la medianoche, con Marcela Tinayre. “Me gusta mucho el formato, que no tiene nada que ver con la política ni la sociedad, como el que hacía en la radio, y por eso acepté el desafío. Además, veía el programa, me gustaba cómo lo hacía Andrea (Politti), y la saqué al aire en La 10 para felicitarla”, afirma el Negro, quien también tuvo su silla en Polémica en el bar.
El conductor dice que tuvo charlas con los dueños del canal, Daniel Vila y José Luis Manzano, y que cuando lo llamaron junto con Mariano Chihade, dueño de Mandarina Producciones, “no lo dudé un instante”.
—¿Ves TV abierta?
—No. Miro mucho cine. Mucho porro y mucho cine.
“Yo cuento lo que veo”
La relación de González Oro con la política siempre fue ambivalente. En los 90 era más que claro que adhería a aquel modelo de acumulación y que sentía simpatía por Carlos Menem y su círculo íntimo, llegando incluso a integrar la mesa “política” del último, agonizante, Polémica en el bar de Gerardo Sofovich. As de espadas de Daniel Hadad, cuando comenzó el kirchnerismo fue un crítico feroz, hasta que un día tanto en C5N como en Radio 10 las críticas se fueron apaciguando o al menos siendo emitidas en tono más amable –no fue así con Marcelo Longobardi, a quien le levantaron una entrevista con Alberto Fernández–.
—¿Cómo analizás el vínculo política-medios de la actualidad?
—Me parece que es un reflejo de lo que pasa en la sociedad argentina, totalmente separada, dividida, o estás a favor o estás en contra, no se negocia, no se habla, no se dialoga, y me parece que en los medios te catalogan de oficialista u opositor, y si pensás distinto te dicen que desestabilizás. Y yo lo que hago es relatar la realidad, no la invento, yo no invento los pobres ni invento a los chicos en Formosa que están cagados de calor.
—Antonio Laje dio su visión de la situación de los cortes de luz y lo despidieron. ¿A vos te pasó?
—¡No! Eso es una barbaridad. Cómo voy a minimizar algo, cuento la verdad, lo que ocurre, ni lo agrando ni lo achico, cuento lo que veo y lo que me dicen mis cronistas, que están distribuidos en las zonas.