Jazmín de Grazia quiere que se vean sus piernas larguísimas y adornadas. Que salgan las medias de leopardo, le pide al camarógrafo y se ríe de sí misma. Se ríe mucho. Su rol como la panelista linda de Duro de Domar que se anima a disentir y criticar al gobierno en un programa ultraoficialista la puso en un lugar que también le divierte.
"La gente muchas veces no espera cosas trascendentes de una rubia modelo, entonces con algo más o menos lógico que digas, pasás a tener trascendencia, ¿entendés?, pero no es tan groso lo que dijiste", se sincera ante Perfil.com.
Sin embargo, sus intervenciones al aire suelen incomodar tanto a sus compañeros -que no ocultan la cara de desconcierto- como a los invitados y al Gobierno: el ministro Aníbal Fernández llamó anoche a la producción de Diego Gvirtz y pidió salir al aire. Le contestó a Jazmín, que minutos antes lo había criticado por haber "criminalizado las protestas sociales".
"Me parece raro que un jefe de ministros ande llamando a los programas para discutir. Creo que debería estar ocupado en temas más importantes, pero evidentemente le afectó", dice la modelo devenida en periodista.
- ¿Te pidieron desde la producción que bajes el tono?
- No, bajada de línea por suerte no tenemos. A mí no me gusta mentir, yo digo lo que pienso, esté bien o esté mal.
- ¿Pero te "retaron" alguna vez por tus comentarios críticos al Gobierno?
- De repente vinieron y me dijeron: "Estuviste un poco fuerte". Pero bueno, es aire, fue lo que me salió. Voy a tomar el consejo, pero nada más. La verdad es que es cómodo trabajar así y poder decir lo que se te canta.
Jazmín asume que no sabe "tanto" de política como sus compañeros de piso pero dice que puede preguntar porque lee los diarios y está informada. El ejemplo que pone es cuando irritó al ministro de economía, Amado Boudou, al pedirle explicaciones de "por qué destinaban 128 millones de dólares en una mina de carbón y no en un parque eólico, que no contamina".
- ¿Qué te dijeron de la producción después de eso?
- No me dijeron nada, sólo 'ojo, no traten mal a los invitados', pero no hubo ninguna bajada de línea. Lo que pasa es que si te vienen a hacer una bajada de línea, ¿Cuál es la otra alternativa?, ¿No hablo? Pero no, por suerte no hubo, así que sigo hablando.
- ¿Cómo te llevás con Diego Gvirtz, productor del programa?
- Tengo una buena relación laboral por suerte, podemos discutir; muchísimas veces estamos de acuerdo y muchísimas otras no. Inclusive a veces vamos a comer en grupo. Es un buen jefe.
- Es llamativo que mientras Gvirtz estuvo en Canal 13 criticaba al Gobierno y ahora es un defensor a ultranza de los Kirchner, ¿Cuál es tu opinión al respecto?
- Qué se yo, mi opinión es mi opinión. Yo le pregunté y él me dijo que les creía, que creía en este proyecto de país, eso fue lo que él dijo. Más de eso no te puedo decir. ¿Si hay algo atrás es la pregunta? No lo sé.
- ¿Sos kirchnerista?
- No, no soy kirchnerista. Estoy a favor de varias medidas que tomaron los Kirchner pero estoy muy en contra de otras. Hay muchas medidas que parecen favorables y que en realidad cuando te pones a investigar un poquito, no mucho eh, un poquito, te das cuenta de que no sé si están tan buenas.
- ¿A quien votaste en las últimas elecciones?
- ¿Sabés que no me acuerdo? No, no me acuerdo, no sé si no lo impugné. Es que a veces me da tanta rabia. Hoy por hoy si tengo que ir a votar no tengo a quién. No hay nadie que me represente.
La rubia que empezó como modelo en un reality show se cansó de la pasarela y decidió estudiar periodismo para llegar a trabajar un día en la Tele y no ser sólo "parte del decorado". Decidió también que no iba a bailar nunca en lo de Tinelli, y que si alguna vez hacía algo, eso debía trascender y no sólo divertir.
- ¿Cuál es tu máxima aspiración como periodista?
- A mi el periodismo me gusta, me gusta la conducción, la radio y la tele; me gusta comunicar y entretener, pero con algún tipo de contenido. Yo creo que se puede hacer una televisión mejor, con mayores valores, con mayor cultura y que sea entretenida al mismo tiempo. No hace falta todo el tiempo culo y teta y escándalo para poder vender un producto.
(*) de la redacción de Perfil.com.