La actriz Kate Winslet, conocida mundialmente por su protagónico en Titanic hace once años, donde mostró sus curvas rellenitas, posó desnuda para la revista Vanity Fair con una figura totalmente diferente: flaca, esbelta y rubia, para homenajear a la francesa Catherine Deneuve en la película Bella de Día. Después de su publicación, tuvo que salir a desmentir que esas fotos estuvieran retocadas para parecer más delgada.
“Kate está furiosa con las insinuaciones de que su cuerpo fue retocado digitalmente”, dijo su portavoz. Y agregó: “Ella está en estupenda forma y lo que se ve es tal cual ella luce o nunca hubiese aceptado someterse a la sesión fotográfica".
Winslet misma, de 33 años, ha confesado que de niña sufrió mucho por su exceso de peso, y hasta aseguró que nunca se imaginó llegar a ser una actriz famosa por sus kilos de más. Por esa razón, es una mujer muy sensible con el tema de la figura, por lo que incluso, hace un tiempo, demandó a una revista por publicar que ella estaba a dieta.
Hace cinco años, también se quejó públicamente porque la revista GQ había manipulado unas fotografías suyas para mostrarla mucho más delgada y con unas piernas de longitud inverosímil.
En la entrevista que le hizo Vanity Fair la actriz confesó que pensó que iba a tener sobrepeso durante toda su vida. "Puede sonar muy extraño, pero nunca he deseado ser famosa. Nunca tuve este tipo de ambición, nunca. Estaba gorda y no conocía actrices gordas. Además, no termino de verme en este mundo, soy muy sincera. Piensas que si una vez has sido gorda, siempre serás gorda'", aseguró la actriz.
La actriz ha hecho causa común con su amiga Emma Thompson en la denuncia del uso y abuso del photoshop, la técnica digital que permite erradicar de una imagen la más mínima imperfección física. En su condición de madres, ambas aseguraban que ese recurso era peligroso para la imagen que la juventud se hace del modelo de cuerpo ideal, muy ajeno a la realidad.