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La animación como reunión global y foco de creatividad diverso

El éxito de productos argentinos como Coda, de Juan Pablo Zaramella, ha demostrado que la nueva edición del festival de cine francés de animación confirma la potencia local e internacional en el medio más imaginativo y fértil del entretenimiento.

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Variedad. Películas como “El pequeño vampiro”, la argentina “Lava” y la japonesa “On-Gaku” dan cuenta de la variedad. | gza. annecy

Hasta el 30 de junio, el Festival internacional de animación francés, más importante de su medio, tendrá su primera edición virtual. Y hasta ahora la ha vivido con gloria e inteligencia, todo lo que parece que el cine, los festivales de cine online, han relegado en la urgencia ¿No hay fundamentos para tal aseveración? We Are One: A Global Film Festival, un esfuerzo global que involucró desde Cannes a Tribecca, pasando por Rotterdam y más festivales importantes del mundo fue un fiasco. Se convirtió en un rejunte de charlas ya grabadas y algunos vivos, muy pocos, y un cúmulo de películas que aquellos que conocen el mundo de los festivales de cine saben no representaban un paso adelante en la nueva, permanente o no, realidad de los festivales online. Para ser un mundo que se jacta por su unión, pocos dieron un paso adelante como Annecy.

La diferencia animada. ¿En qué forma alcanzó Annecy lo que ningún festival logró (una reunión global y diversa y no solo local)? Por apenas 15 euros (OK, no es poco, pero esperen) se podía y se puede tener acceso a la competencia oficial (que tiene en sus filas estrenos mundiales de la talla de El pequeño vampiro y Calamity: A Childhood of Martha James Cannary, entre varios otros), la sección Contrechamp (donde se encontraba la argentina Lava o la película Accidental Luxuriance of the Translucent Watery Rebus) y así una lista que ha incluido charlas grabadas, pero nuevas, con Henry Sellick (director de El extraño mundo de Jack) o con equipos creativos de series como El mundo de Gumball (sobre los storyboards, pero también charlas que apuntan a los cientos de estudiantes que se acercan al evento). Es que Annecy logró ser todo lo que siempre es: un festival de cine, claro, pero también un mercado (Mifa) donde países, empresas y estudiantes se chocan celebrando en un medio que está en ascenso como nunca antes (como diría Selick “hasta en tiempos de cuarentena, la animación ha avanzado tanto que los productos pueden terminarse a la distancia, casi sin problema alguno para la producción. Solo un retraso del calendario. Finalmente el hecho de crear sentado en una mesa es algo que fue una preparación para un proceso distinto de creatividad que pocos otros medios colectivos de producción pudieron atravesar de esta manera. Una pena que yo haga stop motion, lo cual lo hace lo mío más difícil.”

Selick se encuentra actualmente trabajando para Netflix, que sin dudas, fue la empresa ganadora del evento. Más allá de la presencia de Nickelodeon, Cartoon Network, Disney +, Discovery Kids y todos los actores del medio no hubo caso: la presentación de Animal Crackers, un film que iba a morir y que Netflix rescató de la ruina, y The Cuphead Show!, que se llevó las palmas virtuales (ya se venía ver: el juego en que está basado este nuevo show ya se ha convertido en clásico moderno gracias a ser un videojuego con la estética de un cartoon de los años 30). Netflix como sponsor y como foco donde la animación puede encontrar un refugio si tuvieron un rival en Cartoon Network. Aún así, Marcel Jean, el director artístico del festival deja en claro el logro de la animación en este particular momento: “La innovación técnica es una parte crucial del arte de contar. En la animación lo es sin dudas, pero en cualquier relato audiovisual. Creo es la esencia de la animación. Este momento implica poner eso a prueba como nunca, pero implica algo más.”

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Y ese “algo más”, Jean lo traduce en otra verdad: ”La animación ha logrado llegar a lugares que no creíamos posibles. Se encuentra en uno de los mejores, sino el mejor momento de su existencia. La lucha por contenidos y éxitos, por conseguir franquicias nuevas, ha llevado a que se busquen nombres para crear shows personales. Y aunque se dice eso de las series, las series de animación sí triunfan, más cerca del cómic independiente, por su personalidad. Y esa es solo la cara mainstream. De ahí, hacia, por ejemplo, los cortos de estudiantes que tenemos aquí se puede ver todo un mundo que nunca se frena y que nunca deja de crear, se trate hoy de la chica que estudia solo en su casa o del estudio gigante de streaming que necesita la nueva gran serie animada del momento. Y no hay país que no tenga una producción admirable y que desconoce por completo gran parte del público general del propio país.”

Argentina crea. Una de las claves de Annecy, más allá de un homenaje a la animación africana y la posibilidad de hablar con directores de clásicos como La sirenita, Mulan o Wallace y Gromit, es la forma en que cada país pone la lupa sobre su animación. En Argentina, esa tarea la ha asumido como nadie Animation!, el mercado de animación de Ventana Sur, que posee vínculos institucionales cruciales para la región (ahí está la Liga de Animación Iberoamericana y los Premios Quirino).

Animation! es crucial para catalizar algo que existe como nunca antes: este edición de Annecy, edición virtual, tuvo 62 asistentes de nuestro país (sobre todo productoras mostrando su trabajo y ofreciendo sus servicios, pero también festivales de cine y agentes de compra y venta de derechos). Siete creaciones con producción argentina fueron parte de la edición de Annecy: Cucaracha, Migrante, El after del mundo, el VR de Great Hoax: The Moon Landing, el largo Lava, la serie El rey de los mundos y el working progress de Coda. Además, hubo una presentación de Juan Pablo Zaramella, el nombre más vital a la hora de la animación stop-motion argentina. Coda, de Zaramella, se alzó con un premio Mifa, que consiste en 25 mil euros y una residencia de dos meses en Vendome, Francia. Y el corto El after del mundo también se alzó con un premio. La animación argentina vive un momento enorme que la encuentra logrando una visualización incluso en este momento. Ese es un logro de su esfuerzo, de algunas instituciones, del Gobierno y del propio Annecy.

El futuro. “Lo cierto es que los festivales deben progresar, deben expandirse” dice Jean. “Claro que queremos volver a una edición física, pero ahora entendemos que lo nuestro debería ser una presencia virtual, ya que eso también permite que no solo quienes vienen puedan generar una red de trabajo o apreciar ciertas charlas. La animación necesita ser global para ser cada vez más social”.

 

Las formas del relato

La animación afronta como cualquier ámbito creativo un momento de crisis. Marcel Jean, director artístico de Annecy, declara “las producciones en desarrollo han sufrido un atraso, seguro, pero lo bueno es la conexión permanente beneficia al medio.” Otros grandes nombres como Dean DeBlois, codirector de la saga de Como entrenar a tu dragón, declaró que “el medio tiene más capacidad de crear desde la independencia y por eso hay que confiar en él. Además, cada vez más el cine de animación se lanza a contar relatos que superan los límites de antes, sean experimentales o sean tradicionales, hay un punto donde se convierte en la contracara a los rápidos: siempre hay proceso, siempre hay creación artística.” A esa opinión se suma Niki Yang, una de las responsables del show Camp Summer Island: “La animación siempre se produjo en adversidad. Pocas veces no fue considerada un producto descartable y poco útil, al menos en esa escala del entretenimiento. Aquí entonces, ahora, podemos ver que muchos esfuerzos contra la marea del pasado finalmente adquieren un peso todavía más útil.”