La oposición kircherismo-macrismo que atraviesa la Argentina, agudizada en jornadas de elección, podría verse reflejada, incluso, en torno a una gran artista como lo es Martha Argerich. El principal coliseo de la Ciudad de Buenos Aires, el Teatro Colón, tuvo a esta gran estrella como diamante de la programación 2014; no sólo eso, sino que logró el retorno, en 2015, de esta mujer tan exquisita como esquiva, por segundo año consecutivo, acompañando a Daniel Barenboim y a la orquesta del West-Eastern Divan.
Pero el inmenso Centro Cultural Kirchner, baluarte de la cultura oficialista, emplazado en el edificio que fuera el Correo Central, ha conseguido el sí de la célebre pianista para presentarse allí, con dos detalles no menores: Argerich tocará en el CCK antes que en el Colón y lo hará con entrada gratis para las 1.750 personas que le caben a la sala llamada La Ballena Azul. En el teatro porteño, las funciones de Argerich-Barenboim –de las que quedan pocas localidades a la venta; el resto, agotadas–, cuestan entre $ 110 y $ 3.040, repartidas entre los posibles casi 3 mil espectadores que puede cobijar la sala principal, entre sentados y parados.
Argerich estará en el CCK un único día, el 17 de julio; en el Colón, tres: 26, 29 y 30 de julio. La función del 17 de julio recién fue confirmada el último día de junio, después de un malogrado intento de que la pianista se presentara en mayo, rodeado de rumores acerca de su elevado cachet.
Julio será un mes de pianos en el CCK, con Horacio Lavandera, Alexander Panizza, Haydée Schvartz, Hilda Herrera e intérpretes de Azerbaiján, Serbia, Puerto Rico, Cuba, Panamá, Brasil, Paraguay, Bolivia y Venezuela, entre otros. Por su parte, para el histórico acontecimiento del 17 de julio, Argerich se presentará en un dúo de pianos, con Eduardo Hubert. Junto a la Orquesta Sinfónica Nacional, ejecutarán Porteña, obra que Luis Bacalov –el mismo compositor argentino, nacionalizado italiano, que en 1996 ganó el Oscar por la banda sonora la película El cartero– dedicó precisamente a Argerich. Será una novedad para los argentinos, si bien la obra ya se estrenó recientemente el 10 de junio, en Lugano, Italia, precisamente a cargo de Argerich y Hubert, este último, pianista, director de orquesta y compositor, y, no casualmente, director musical del CCK. Su vínculo con Argerich tiene años, pues, entre otros eventos, ya había organizado el Martha Argerich and Friends en 2000 y el Festival Argerich en Buenos Aires, entre 2001 y 2005.