En este disco me atreví más a empujar los límites, a generar un poco de tensión con mi zona de confort. Eso me hace sentir viva y en movimiento. La evolución de un músico se da de ese modo: generando incomodidad estilística, corriéndose de lo esperable. Si bien la médula siguen siendo la cumbia y el hip hop, ahora me atreví a ir hacia el punk, el rock, el pop y el folclore. Ya dejé atrás la mochila de la expectativa de los demás. Las mochilas del prejuicio ajeno suelen ser muy caras porque las pagás vos con el condicionamiento de tu obra”. Lo dice Miss Bolivia, que acaba de editar Pantera, su tercer disco, y lo presentará oficialmente en Niceto Club el sábado 10 de junio a las 20 y el domingo 11 a las 19. “El del domingo es un concierto ATP porque cada vez vienen más pibitos a verme. Así que empezamos más temprano y pueden entrar menores”.
Provocador, politizado y cargado de referencias a la violencia de género (basta escuchar la elocuente Paren de matarnos para comprobarlo), el nuevo disco de Miss Bolivia (pseudónimo de Paz Ferreyra) también contiene un nuevo enfoque sonoro respecto de sus antecesores, Alhaja (2011) y Miau (2014). “Me atreví a volver a la tracción a sangre en el estudio –sostiene–. Si bien mantengo la columna digital, con bits de programación y canciones potentes para la pista, ahora hay capas mucho más evidentes de instrumentos que suenan en cada tema. Es un disco más orgánico que los anteriores. Tomé esa decisión para que entre más en juego la identidad latinoamericana. Obvio que puedo programar ritmos latinoamericanos, pero tuve la necesidad de incorporar los cueros, los caños y las baterías para que todo suene más real esta vez”.
Mientras crece su cantidad de seguidores en Buenos Aires, Miss Bolivia también proyecta su música hacia el exterior: suele presentarse en América Latina (Uruguay, Colombia, Chile) y en Europa (París, Londres, Barcelona, algunas ciudades de Alemania e incluso los países nórdicos). Lo puede hacer con el staff completo (once personas en escena, incluyendo cuatro bailarinas) o con una formación más modesta, sobre todo en las giras. “Las visuales, el baile y el sonido forman parte de mi propuesta –explica–. Hace rato que pienso en Miss Bolivia como un proyecto audiovisual, más que meramente musical”.
Entre los invitados del disco aparecen Ale Sergi (Miranda!), Lito Vitale (ambos en el tema En el mar) y Liliana Herrero (en el track de apertura, Soy, donde Miss Bolivia cuenta al detalle su historia personal, “siempre rozando la locura”). “Me encantó abrir el disco con un escaneo a corazón abierto de mi personalidad. Necesitaba trazar este perfil, decir: ‘Hola, yo soy esto’. Abrir la puerta y decir: ‘Estoy acá’. En todos estos años, la gente dijo muchas cosas de mí, pero en realidad la que quiere decir ahora soy yo, antes de que me estén parafraseando. Y me gustó mucho presentar este currículum vitae musical, que deja traslucir toda mi psicología, mis miserias, mis logros e inquietudes, con Liliana Herrero. Me resultó muy enriquecedor. Ella es tierra, y empezar un disco así con tierra está buenísimo”
El fuego en el escenario
Una de las fortalezas de Miss Bolivia es su personalidad en el escenario. Es de físico menudo pero derrocha potencia y energía. “Y... no puedo ser Heidi de las praderas si canto lo que canto –subraya la cantante–. Necesito que el audio pegue con lo que se ve, acompañar el contenido de las letras de manera paraverbal. Yo también comunico a través de lo postural, e incluso con la ropa que uso. Pero abajo del escenario elegí ser una persona más tranquila. Antes no era así, pero desde que cambié tengo más claridad a la hora de encarar la vida y eso me permite resolver mejor. Ya me cansé de estar enojada. No garpa, aunque el mundo que tenemos sea una cagada”.
Antes, cuenta Miss Bolivia, se enojaba por lo que decían los demás. Hoy cambió de postura: “No les doy bola. Yo le prestaba mas atención a lo que decían de mí y me perturbaban algunas cosas que escuchaba”.