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La visita secreta de Madonna a una isla del Tigre

La reina del pop demoró su partida por 48 horas, estuvo en una fiesta con famosos y dio un paseo por el Delta con sus hijos. Los detalles.

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| Diario Perfil

Sólo ella puede reconfirmar lo que muchos argentinos ya comentan como un dato cierto: que la mujer número uno de la industria musical mundial extendió su estadía porteña porque nuevamente sintió el amor incondicional que sus fans le brindaron en su tercera visita al país. Pero, sin conferencia de prensa mediante en Buenos Aires, Santiago o Rio de Janeiro, habrá que esperar a que se publique alguna crónica escrita directamente por ella con apuntes del Sticky&Sweety Tour, como sucedió en noviembre de 1996 cuando Vanity Fair publicó su diario de filmación de Evita.

Por otro lado, es cierto que con mucho menos cantidad de fans instalados en la puerta de La Mansión del Four Seasons –donde se alojó–, ella tuvo una estadía algo más relajada y sus hijos pudieron moverse como turistas por La Boca, Puerto Madero y el Tigre, con menos presión que la que esperaban los encargados de seguridad locales.

Después de su último recital en River Plate, se esperaba que Madonna viajara al día siguiente a Santiago de Chile pero no fue así, demoró su partida 48 horas. Esa misma noche, en el Faena, participó con todo su equipo de bailarines de la fiesta que musicalizó su “telonero”, el DJ Paul Oakenfold: bailaron de la 1.30 a las 4 de la mañana y entre los invitados vernáculos estuvieron Martín Churba, Gustavo Cerati, Emanuel Horvilleur, algunos de los integrantes del grupo de reggaeton Calle 13, el polista Nacho Figueras y su mujer Delfina Blaquier, y hasta Carolina “Pampita” Ardohain y Benjamín Vicuña.

El martes, se despertó casi al mediodía, almorzó pastas y alrededor de las 14.30 se fue con sus hijos Lourdes (12), Rocco (8) y David Banda (3) a “El Descanso”, una isla privada ubicada sobre el río Sarmiento, en el Delta del Paraná. Dicen que este paseo fue sugerido por su segundo hijo quien, con sus hermanos, ya habían estado allí justo una semana antes. Según el guía que los acompañó en esa oportunidad, Rocco Ritchie parece ser un ser muy sensible la naturaleza, preguntaba por las plantas, las aves y estaba asombrado por los colores de los jardines de la isla; hasta comentó en voz alta que era una lástima que su madre no estuviera ahí también.

Más información el la edición del domingo del Diario Perfil.