ESPECTACULOS
ENTREVISTA

Segio Lapegüe, el periodista que se prende al optimismo

Este showman de las noticias desarrolló su carisma y eso se convirtió en su sello personal. Fotos. Galería de fotos

El conductor y periodista logró uno de sus últimos sueños: escribir un libro.
| Cedoc

Un fueguino y un salteño, distanciados a más de 3900 km, tienen en algo en común: que a medianoche se acercan hasta la plaza pública más cercana de su ciudad y saludan a una cámara instalada a varios metros de altura, en medio del frío o del calor. Quien logró esta "magia" -así denominada por él- es el periodista Sergio Lapegüe.

Autocalificado como un "showman", el conductor de "TN de Noche" y "Prende y Apaga", trabajó durante más de 15 años como movilero de Telenoche. La experiencia allí conseguida le sirvió para poder catapultarse a sus propios espacios tanto radiales y televisivos. Pero fue un estilo particular, mezcla de humor y calidez, lo que lo diferencia del resto de sus colegas.

"Con todo lo que pude hacer, sólo me faltaba escribir un libro", comentó alegremente a Perfil.com Lapegüe, quien repasó su historia, sus mejores anécdotas y los secretos de conversión en el "amigo" de los espectadores.

- Pudiste ser músico y hasta contador. ¿Cómo fue el paso de la presión familiar por una carrera tradicional hasta la llegada al periodismo?

- Soy un tipo que siempre inventó. La musica me gusta, me parece como un buen descanso del alma. Y la verdad es que empecé estudiando Ciencias Económicas, por consejo de mis padres, pero yo quería ser periodista. Sólo me faltaron 5 materias para recibirme de contador. Mi papa tenía un laboratorio y podría haber trabajado allí junto a él. Pero paralelamente ya iba a haciendo radio
cuando empecé a trabajar en este medio como productor, me dí cuenta de que ésto era lo mío.

- Trabajar junto a Nicolas Repetto y ser el productor periodístico de María Laura Santillán en el programa "Fax" debió ser un gran paso.

- Sí, fui productor ejecutivo pero de la parte periodística. Y llegó el día en que Nico me preguntó si quería hacer móviles, trabajar en la calle. Acepté contento. Esas fueron mis primeras armas en la tele. Nico me dejaba hacer un informe especial, para el cual él me exigía que le ponga humor y la impronta personal que yo tenía detrás de cámara. Fue de ese modo que empecé a hacer notas "diferentes". A Nico le gustó mucho. Cuando obtuve el trabajo de notero en el noticiero de Canal 13 (Telenoche), me despidió diciéndome: "No pierdas nunca este humor en tu trabajo". No lo olvido más.

- Entonces el Lapegüe actual que conoce el televidente fue fruto de esos años.

- Exacto. Yo disfruto mucho de estar "arriba del escenario", es decir, de estar frente a una cámara o micrófono e informar o entretener al espectador. Desde conducir "Un sol para los chicos" o un evento hasta decir las noticias, es un placer. Trabajé como notero durante 15 años en Telenoche. Gracias a la experiencia obtenida, fui sumando ladrillo por ladrillo en la "UDC" o "Universidad de la Calle". Estar hablando durante horas durante una toma de rehenes o en cualquier otro episodio te deja listo para que un día te digan en el piso: "Estirá". Y lo podés hacer sin problemas.

- ¿Recordás algún caso en particular en que recuerdes que pudiste aplicar todo eso?

- Recuerdo que estuve 5 horas hablando de un eclipse de Luna. Fue algo increíble. Esa emisión obtuvo 7 puntos de rating, todo un record para la televisión por cable. ¡Hay que hablar durante tanto tiempo de la Luna! Y entre todas esas palabras se me ocurrió pedirle a los televidentes si tenían fotos para compartir del eclipse. Sucedió que la respuesta fue tan cuantiosa e increíble que se cayó el sistema y colapsaron los equipos. Nadie se imaginaba algo así. Lo que logré hacer a la noche, es que el te cuente la noticia no sea un tipo ajeno. Si yo pido: "Andá a tal esquina", la gente responde y va. Es algo impresionante.

El 6 de septiembre, por ejemplo, fue mi cumpleaños. Y la gente me saludaba por mi cumpleaños desde todos los puntos del país. Desde el living de su casa, me enviaban "luces" por mi día. ¡Y desde Rosario hasta el Hombre Arana me saludaba con un cartel!

- Pero no sólo la pantalla chica te recibió. ¿Cuál fue tu participación en la película "Delirium Argentino" protagonizada por Ricardo Darín?

- Fue una experiencia muy divertida. La película es la historia de cómo hacer una película en Argentina. Y en la trama los protagonistas consiguen que "actores famosos" como Darín actúe. En la historia se busca que Susana Giménez, quien también actuá de ella misma, sea presidente de la república. De ahí el título "Delirium Argentino". Yo también intervengo haciendo de lo que soy, periodista. Antes, en la película "El Niño Pez" de Lucía Puenzo, había hecho algo parecido, aparecí conduciendo un noticiero.

- Respecto del libro que acabás de publicar "Prendé el optimismo", ¿quién te ofreció la idea de escribir tus historias?

- Me ofrecieron la idea de la Editorial Planeta. El libro se llama "Prendé el optimismo. Una cuestion de actitud" y es como el toque de felicidad que me faltaba. Fue un año laboral y familiarmente increíble, sólo faltaba esto. El libro es un relato, según lo que me cuenta quienes ya lo leyeron es como que yo les cuente un relato, como si lo escucharan de mi propia voz. Y esto es porque yo puedo decir que yo escribí mi propio libro. Lo escribí yo. En el texto cuando historias propias que la gente no conoce de mí, a través de las cuales yo abro 14 ventanas o señales que puedan servir para lograr el éxito personal.

- ¿Como tuviste tiempo para escribirlo con todos los trabajos que realizás?

- Lo escribí durante mis viajes, en colectivo, en avión, también en las tandas. En los espacios que me quedaban entre mis trabajos. Usé una netbook que llevo a todos lados. Es una experiencia increíble. Ya hice las primeras presentaciones en Olavarría en algunas ciudades de Santa Fe. Son tres meses de presentaciones.

- No fuiste músico, pero tu vida rutera se parece bastante a la de un rockstar durante un tour.

- ¡Sí! Es una buena manera de definirlo. Estoy de gira con el libro y con todo lo que eso implica.

- ¿Y como te acompaña tu familia en todo esto?

- Tengo una mujer y una familia que entienden que esto es lo que me gusta. Esto no lo puedo hacer si ella no me respalda. Mi mujer es todo, es el 70% de mi vida. De hecho, me volvi a casar y revalidé mis votos, tras 19 años de casados.

- En otro plano, ¿cómo manejás los gritos contra Clarín, en los móviles, o bien en los carteles durante el Prende y Apaga?

- Me da tristeza. Es como interrumpir un camino. Es como que yo me metiese en los programas de ellos a insultarlos. Me representa como una actitud mediocre. Nadie te puede interrumpor tu derecho o libertad de expresar lo que quieras. Como es mediocre, no respondemos. A mí me gusta generar buena onda. No les quiero dar mayor trascendencia.

- Y en base a tu experiencia en los medios, ¿como ves esta virtual guerra?

- El periodista siempre tiene que ser cíitico, de todo. Sobre todo, para que las cosas mejoren y funcionen, hay que ser critico de las cosas que se hacen mal. A veces el poder te obnubila y no admitís las criticas, pero hay que admitir cuando uno se equivoca. No hay que olvidar que también es importante decir las cosas buenas que se realizan.