Con el pelo negro azabache y un flequillo hacia el costado, lanza una mirada sensual a la cámara. No hay desperdicio en sus movimientos: son mínimos, pero en segundos cambia la expresión y desencadena una seguidilla de flashes. Se nota que entiende del tema y conoce su mejor ángulo: en la carrera profesional de Luz Cipriota las pasarelas fueron la primera parada aunque, como luego dirá, nunca su objetivo. “Mi primer acercamiento con el ambiente fue a partir del modelaje, pero tenía claro que lo mío era la actuación y siempre me las rebuscaba para pasar la ropa haciendo alguna coreografía o cantando”, recuerda la actriz, que debió abandonar el tono rubio del pelo –que llevaba desde el 2008– para grabar “Terra Ribelle”, una serie italiana que la reclamaba morocha. “Ahora mucha gente no me reconoce, pero tuvo buena aceptación. Me parece que rubias hay más”.