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debora falabella

“Me impresiona el trabajo de Darín”

La protagonista de Avenida Brasil, en nota exclusiva, confiesa que querría trabajar en nuestro país, y que enamorarse de Murilo Benicio, a quien siempre admiró como actor, fue una “hermosa casualidad”.

Relaciones. Débora tiene una hija que se llama Nina y está en pareja con su amor, Murilo Benicio.
| Gza. Telefe
Sólo estuvo un día en Argentina. Débora Falabella, la protagonista de la tira de Globo vino al evento en el Luna Park del último capítulo de Avenida Brasil, que midió 27,1 puntos de promedio de rating; la previa por Telefe, 24,6, y el post final, 21,5, según Ibope. Volvió a Brasil a los brazos de su pareja, Murilo Benicio, a la mañana siguiente. Con el tiempo justo para sufrir con la humillación de su selección frente a Alemania y a la noche retomar la obra de teatro Contracciones. La actriz confiesa que se alejó de la televisión porque “era necesario estar fuera de la tevé un tiempo. Para mí y para el público. Estaba muy cansada y mi imagen fue demasiado explorada por la televisión”.
—¿Temías no poder despegarte de Nina?
—No, porque para mí lo más lindo de la actuación es que soy conocida por los personajes y no por lo que hago personalmente. En la calle me dicen muchas más veces Nina que Débora, y es para eso que trabajo.
—¿Qué tenés de ella, además de que tu hija se llama igual?
—Lo de mi hija fue absoluta casualidad. Soy muy distinta al personaje.
—Nina es una mujer llena de imperfecciones, ¿creés que cambió la manera de interpretar a las heroínas de telenovela?
—Eso es lo más fascinante para una actriz. Hacer un personaje que no es solamente bueno o malo, sino que es mucho más humano. Espero que esto influya a todas las heroínas, porque todos somos imperfectos y estamos cansados de ver chicas completamente buenas. Son más interesantes las otras.
—¿Cuál creés que sería la clave del éxito de la tira?
—Son muchas cosas juntas. El guión, la dirección y los actores confluyeron en un momento en el que todos disfrutaban de trabajar juntos, de contar esta historia. Era mucha energía de personas que tenían ganas de hacer este trabajo.
—Mucha energía era la que se veía en las escenas que compartías con Adriana Esteves (Carminha). ¿Ayudó que fueran amigas a la hora de interpretar las más violentas?
—Lo más importante fue que éramos muy íntimas. Para jugar las escenas de peleas, eso era lo que más aportaba, porque nos permitía tener libertad para hacer lo que quisiéramos. Hablábamos y decíamos muchas cosas malas de la otra sabiendo que era una actuación.
—Además de conocer amigos, la telenovela también te permitió enamorarte de Murilo Benicio, tu pareja en la vida real.
—Fue una hermosa casualidad. No sabíamos lo que iba a pasar, porque también estaba la posibilidad de tener un romance con él dentro de la novela. Pero la historia de amor de Nina y Jorgito fue mucho más fuerte.
—Pero estuvieron cerca.
—Muy cerca. Era muy complicado porque Murilo interpretaba a su suegro. También fue una historia muy linda porque Nina lo admiraba mucho. Era como si fuese su padre, y quería defenderlo de todo.
—¿Te gustaría volver a trabajar con él?
—Sí, me encantaría. No sé cómo será, porque ahora somos pareja. Yo admiraba, y admiro, mucho a Murilo. Es de los actores que más me gustan de Brasil.
—Viviste un tiempo en nuestro país mientras grababas “Chiquititas” y ahora aparece la posibilidad de traer tu obra de teatro a Buenos Aires. ¿Te gustaría hacer otros trabajos en Argentina?
—Sí, mucho. En cine más que nada, porque me encanta el cine argentino. Voy a caer donde caen todos: me impresiona mucho el trabajo de Ricardo Darín, aunque no conozco actrices.