Alfredo Leuco cambia de radio y de casa. Con un reciente contrato firmado por dos años con Mitre, el periodista se mudó a un departamento de calle Peña al 2500 porque no le gusta perder tiempo yendo hasta el estudio. “Me gusta ir caminando”, afirma Leuco mientras desenvala las cajas y espera que llegue el cerrajero. “Desde el punto de vista profesional es la mayor satisfacción que he tenido —celebra—. Siento que me convocaron a la selección nacional de periodismo, digo esto porque esta Longobardi, Lanata, Magdalena, Bonelli, Fernández Díaz, Pepe Eliashev, y voy a la radio que es líder sin precedentes, de cada 10 oyentes, cinco escuchan la primera y segunda mañana. Es un orgullo y una felicidad tremenda”.
A partir del 3 de febrero, Leuco desembarcará en las tardes (de 17 a 19) de la emisora del Grupo Clarín con Le doy mi palabra, acompañado por Marcela Giori (locutora que regresa tras un año de trabajar con “Chiche” Gelblung en La 10), Alejandra Gallo (economía), Gustavo Gravia (deportes) y Micky Balbiani (redes sociales). “Voy a hacer un programa con mucha opinion. De hecho que lo primero que va a pasar a las 17 arranca en seco mi columna de opinión como la que hacía a las 15 hs. con Fernando (Bravo). Una fuerte carga de opinión y fuerte carga crítica de la realidad”, sostiene este cordobés de 58 años, casado, con un hijo Diego (24) quien lo acompañará en el programa televisivo homónimo que va los martes a las 22 por Canal 26. .
Leuco dice que se va de Continental porque “desde la dirigencia tuve muchas promesas profesionales incumplidas, entre ellos tener mi propio programa, recibí varias veces un ninguneo constante, incluso hasta de ciertos maltratos. Se me había acabado la paciencia”. Asegura que su compañero y amigo Fernando Bravo lo felicitó por este nuevo paso profesional pero le confesó que “deberá reformular su programa” de Continental.
Sobre los despidos en Radio 10 y la salida de Oscar González Oro, Alfredo Leuco recuerda que le pasó algo similar en Del Plata y la emisora fue comprada por Electroingeniria: “No me puedo solidarizar con el “Negro” porque no lo echaron. No hubo despido como a Mura, Longobardi o Nelson Castro en su momento. Si digo que el concepto es apropiarse económicamente de un medio de comunicación para quitarle su impronta y mirada crítica y conventirlo en un medio elogioso del Gobierno. Eso es lícito, no se viola ninguna ley, lo que si hace es violar el ADN del periodismo. Cuando dejás de hacer una mirada critica hacés propaganda y eso hace que se pierda identidad convirtiéndose en boletines oficiales del Gobierno”.
