ESPECTACULOS
Un gallo para Esculapio & El maestro

Producir con socios ficciones de alta calidad

La serie de Underground costó 250 mil dólares por episodio y la de Pol-Ka 220 mil. La inversión se recuperó al emitirse por cuatro pantallas en simultáneo.

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MUNDOS MARGINALES. Peter Lanzani y Luis Brandoni brillaron en el exitoso regreso de Bruno Stagnaro. | Cedoc Perfil
Un gallo para Esculapio y El maestro son mucho más que dos miniseries de excelente calidad. Simbolizan una reconversión en cuanto al nuevo modelo de producción y negocio de la televisión argentina mediante las sociedades entre dos canales de aire, Telefe y El Trece, con un canal de cable, TNT, y la nueva plataforma streaming Cablevisión Flow, servicio que ofrece la cableoperadora Cablevisión a sus clientes. Es, aparentemente, la única manera de aggiornarse al hábito de consumo audiovisual del cuándo, dónde y cómo quiero ver y poder competir ante la invasión de series de todo el planeta. “Se trata de una nueva era para una parte de la televisión de acá, otra seguirá con su circuito actual. Yo hice 39 capítulos en El puntero, pero ahora son de pocos episodios, eso cambia todo el punto de vista narrativo, en la forma de trabajarlo, el arte, la fotografía, la música, todo está antes de sacarlo al aire para verlo en streaming”, reconoce Daniel Barone, director de El maestro. Peter Lanzani, tras brillar en compañía de Luis Brandoni en Un gallo, suma: “Está bueno que haya proyectos como éstos para tratar de autosuperarse.  Siento que nacionalmente hay un talento enorme. Es cuestión de tiempo… Ya estamos dando de qué hablar en el mundo con nuestras ficciones, tanto en cine como en series. Está bueno que nos contagiemos entre todos”.

Pero, tal vez, el mayor motivo de las fusiones recae en lo económico en una industria que cotiza en dólares, y que con una divisa a casi 18 pesos y una inflación todavía alta para el sector, la única manera de poder invertir los 250 mil dólares por episodio que salió Un gallo y los 220 mil dólares de El maestro, no cabía otra que la hermandad entre “enemigos”. “El porcentaje de la inversión de TNT en Un gallo fue del 60%, mientras que en El maestro participamos en un 33%”, cuenta Mariano César, VP Manager Content de TNT. Costos que superaron, por ejemplo, al éxito de El marginal, con un precio de 180 mil dólares por capítulo.

Existen diferentes acuerdos de negocios entre las partes. En Un gallo el contenido artístico fue realizado por las productoras Underground, de Sebastián Ortega, y Boga Bogagna, de Bruno Stagnaro, Telefe quedó a cargo de la venta internacional, la emisión de los capítulos en su pantalla los miércoles y al día siguiente en su sitio web. TNT, al ser el mayor accionista, acordó el estreno exclusivo en el cable los martes y la exhibición de la ficción en su canal en todo el mundo. “Ya se ve en Alemania, Venezuela, Chile, con gran repercusión, y a las dos las vamos a doblar al portugués y subtitular para todos los países donde se emite TNT”, agrega César. El maestro es una idea original de Adrián Suar y cuyo contenido lo realizó su factoría, Pol-Ka. El Trece posee los derechos de emitir el episodio estreno los días miércoles mientras que al día siguiente, los jueves, lo transmite en TNT. La distribución mundial es propiedad del canal de Turner. Dentro del acuerdo entre los canales, El Trece debía garantizar 20 horas anuales que en 2017 cumplió al sumar a La fragilidad de los cuerpos.

Cablevisión Flow, el otro jugador que depositó verdes, contó con la exclusividad de poseer los diez episodios completos desde el día del estreno de ambas ficciones, las cuales fueron las joyas de su servicio streaming (ver infografía). Tanto en la etapa de guiones, casting, rodaje y edición, hubo un feedback constante entre las dos productoras y TNT, Cablevisión quedó al margen de las cuestiones artísticas, según el contrato vigente. “Un canal jamás podría producir series de mayor envergadura, producción y contenidos, no hay otra manera que hacerlo en conjunto, y cada uno con sus plataformas. Se está dando en cuanto al negocio y porque el público quiere eligió mirar así. En Flow la gente se comió la serie en maratones, fue una locura”, responde Pablo Cullel, Director de Producción y Contenidos de Undergound. 

Bruno Stagnaro, quien volvió a dirigir en la pantalla chica convocado por Sebastián Ortega, de Underground, luego de Okupas hace 17 años, cuando era otra televisión, sostiene que: “Es un modelo que les funciona a cada una de las partes y a los realizadores nos da muchos recursos para competir, no te digo de igual a igual, pero sí arrimar el bochín a cualquier ficción que te llegue de afuera, sea de Netflix u otra plataforma”. Romina Paula, co-guionista de El maestro (su compañero es Gonzalo Demaria), coincide con Stagnaro en que “A algunas series de Netflix no tienen nada que envidiarle” y admite que “los guionistas debemos mirar series, muchísimas series, eso te enseña a contar de manera actual”.

Barone, quien dirigió Para vestir santos, El puntero, Tratame bien, entre otros ciclos exitosos, aduce que con esta nueva manera de producir “compartimos contenido con otros directores y guionistas del mundo. Siento que se universaliza la ficción, no sólo en la difusión sino en el contenido o en el interés de los mismos. La industria local tiene que fortalecer e intentar que no todo tiene que ser localista, sino un género detrás que nos sostenga y nos lleve a buen puerto”. El director cuenta que vio Un gallo para Esculapio “en la plataforma streaming, lo vi entero, y me encantó. Lo llamé a Ariel (Staltari), a Peter Lanzani, me gustó mucho que pudo plantear una estética diferente, y que era distinta a la de El maestro y que ambos productos puedan convivir en un plano de alta calidad, es un mérito en ambos casos de la construcción de los personajes. Para mí son grandes hallazgos. Cada uno de los personajes están construidos con un desarrollo que generan empatía, deseo y ganas de seguir a los personajes sembrados. Ese es el camino”. Por su parte, Ariel Staltari, co-guionista de Un gallo para Esculapio, y creador de “Loquillo”, uno de los personajes más queribles de la serie, analiza: “Stagnaro mostró de manera romántica y con su estilo particular un Conurbano que muchos no conocen, pero que a la vez se pensó y se creó para que pueda adaptarse, que no sea local. A mí me escriben de México, Venezuela, y dicen que tranquilamente podrían ser las periferias de sus grandes ciudades. Ahí creo que hay un cambio al pensar una historia”.

En cuanto a las audiencias dispersas en las multiplataformas dejaron conformes a todos sus asociados. Stagnaro remarca que “el rating tal como lo conocíamos parecería que tiende a desaparecer”. Sincera, Carla Quevedo (Luisa en El maestro) dice que la medición de audiencia “ya no tiene peso”.