ESPECTACULOS
‘HOY BAILAMOS PARA SIEMPRE’

Sin artificios

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Danza. Un director sueña con cuatro intérpretes y decide convocarlos para su obra. A través de sus danzas, busca conocer las historias de sus vidas: un ingeniero, una escritora, una improvisadora, y una bailarina del Teatro Colón. | GZA. Lola García Berro

Te levantás a la mañana, tomás decisiones sobre cómo es tu desayuno, qué mirás en la tele o en el celular, qué ropa te pones, el recorrido que tomás para ir al trabajo, los planes que hacés el fin de semana, dónde ubicas los muebles en tu casa, cómo te secás luego de bañarte. Todo el tiempo estás componiendo a partir de tu creatividad. A veces se piensa la creatividad como algo reservado para los artistas, pero eso es un gran error. 

Parto de la premisa de que todxs somos bailarinxs. Los hechos están de mi lado. ¿Quién no bailaba de una u otra manera a los 3 años?

Este año recuperé videos que filmaba mi papá cuando yo tenía entre 3 y 6 años: bailaba y bailaba. Me di cuenta de que, a pesar de haberme formado en danza contemporánea, de haber trabajado para desarrollar mi movimiento, expandirlo y multiplicarlo, la esencia y la manera de moverme son las mismas que en esos videos.

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Me dedico a dirigir espectáculos, a bailar y a enseñar. Todas esas actividades están ligadas y giran en torno a la creación artística. No es la “Creación” con mayúsculas, sino la creatividad que está en cada acto y la toma de conciencia de que la creatividad está en todo acto.

A los 28 años realicé un retiro de meditación del Sistema de Isha Judd que duró 6 meses. Durante ellos, yo permanecía unas 20 horas por día, con los ojos cerrados y realizando actividades para expandir un espacio interno de silencio y paz. Una parte esencial de ese proceso es reconocer y aceptar los aspectos que negamos o rechazamos, pero que conforman nuestra personalidad.

Luego de este proceso, todo cambió, no en un nivel externo, sino subterráneo. Pude empezar a ver que todo movimiento es hermoso. También, en la danza: el movimiento puede ser hermoso u horroroso, grande o pequeño, virtuoso o sutil, pero sigue siendo potente, puede cambiar mil veces de forma, de envase, de recorrido, pero la inspiración nos toca a todxs. La inspiración, la creatividad, no fue entregada a un grupo específico de personas. Tal vez la perdimos de vista, pero está ahí. Solo tenemos que dejar de compararla con la creatividad del vecino, y la magia ocurre. He visto personas cerradas, desbloqueándose, he visto personas que pensaban que no podían bailar (porque se dedican a una profesión alejada de la danza, por temas de edad o por una idea de que son “pataduras”) encontrando danzas desconocidas, he visto personas usando la danza para liberarse del dolor o de la ansiedad, usando la danza para aceptar su cuerpo. Yo no pienso la danza como terapia, pero lo es. Bailar es delicioso y adictivo y la terapia sucede sola.

Un ingeniero que sana el duelo de haber perdido su pareja, sacudiendo su cuerpo. Una psicóloga que aprende a amigarse con su mente dispersa, copiando los movimientos de otrx. Una escritora que olvida las palabras y entra en trance. Una bailarina de Ballet que se olvida de las posiciones pre-establecidas o las transforma. Una mujer muy alta que se permite alargar sus extremidades y soltar el juicio. Un chico tímido que se atreve a bailar mientras todxs lo miran. Podría seguir todo el día nombrando ejemplos.

Una pierna deslizándose en el aire, un salto grande o pequeño, un pie doblado, un brazo suave en el espacio, trastabillar, cansarse y parar, una caída amortiguada o un golpe en seco, revolear el pelo. No hay movimiento en donde no se pueda encontrar belleza. 

Hoy bailamos para siempre, la obra que dirijo, es una oda a esta mirada. La inspiración para una bailarina del Teatro Colón que se forma desde los 5 años y para un ingeniero que empezó a bailar hace 3 meses es la misma. La danza no tiene forma, no tiene preconceptos, así como las emociones no tienen edad, no tienen nacionalidad. No hay una tristeza chilena o una ira mexicana, una alegría africana o un miedo australiano: en esencia, lxs humanxs experimentamos lo mismo con diferentes formas. Cuando bailamos, estamos desnudxs, no hay mentira, no hay artificios, todo lo que es se expresa.

*Bailarín y coreógrafo. Su obra Hoy bailamos para siempre continúa con funciones los días 20, 21 y 22 de diciembre a las 21, en Galpón de Guevara (Guevara 326).