A más de un año y dos meses de su muerte, él que tanto le debe a su padre pensó que debía homenajearla, y no le alcanzó con ponerle su nombre al estudio mayor de Ideas del Sur. Ayer al mediodía, cuando el sol rajaba la tierra de Bolívar, Marcelo Tinelli inauguró el pabellón pediátrico “Romina Yan” del hospital sub zonal Dr. Miguel Capredoni. Pero no lo hizo solo: estuvo acompañado por Gustavo Yankelevick y Cris Morena.
El dolor. El 28 de septiembre de 2010, cuando salía del gimnasio, Romina se descompensó a causa de un aneurisma y sufrió un paro cardíaco. Tenía apenas 36 años y una vida muy saludable (aunque el fantasma de la anorexia y la bulimia siempre la rodearon), pero los intentos por reanimarla no alcanzaron. A las 16.30 llegó al hospital central de San Isidro, y cincuenta minutos después, los médicos declaraban su muerte.
Así, la actriz dejaba viudo a Darío Giordano y huérfanos a Franco, Valentín y Azul, sus tres pequeños hijos. Pero además dejaba shockeados y quebrados a sus padres, Cris y Gustavo, quienes no podían explicarse lo que estaban viviendo.
Y el ambiente artístico quedó conmocionado, tanto que Tinelli, en pleno éxito de “Bailando por un sueño”, decidió extender el luto a su programa y decidió que ShowMatch no saliera al aire. Es que la relación que lo une a Yankelevich tiene décadas, de los tiempos en que al conductor aún no le decían “Cabezón” ni se le auguraba un futuro tan promisorio como el que tuvo
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