El formato de Bailando por un Sueño da para todo. Mientras en la Argentina las figuras que suelen participar conforman una extraña mezcla de personajes de modé, artistas reconocidos y aspirantes a vedettes, en Italia el glamour real copó la pista. Tal es así que el ganador de la última versión del programa que conquistó al mundo entero fue el Príncipe Filiberto de Saboya, nieto del último rey de Italia.
El noble joven, de 37 años, casado con una actriz y padre de dos hijas, arrancó su su participación en el show con el tema “Mamma mia”, de grupo ABBA. Las críticas que había recibido por decidir formar parte del concurso se fueron diluyendo con el correr de las seis semanas que duró el programa. En ese mismo tiempo, enamoró al público, convenció al jurado y consiguió el trofeo máximo del certamen.
"Quizá la gente ha entendido que soy uno de ellos", dijo Filiberto de Saboya al intentar explicar el por qué de su consagración en el baile. Pese al esfuerzo que le demandó memorizar las coreografías y mantener el estado físico, el noble llegó hasta el final y consiguió el premio máximo. "Cuando el físico no aguanta más la mente puede ayudar", dijo, y llenó de elogios a su coequiper.
Con la popularidad ganada en el TV, las propuestas políticas no demoraron en llegar. El hijo del heredero al trono italiano expresó que recibió ofertas “muy interesantes” para participar de las próximas elecciones italianas. No es la primera vez que Filiberto coquetea con la política. En las elecciones pasadas ya se había presentado con la lista independiente Valores y futuro.
Por lo pronto, lo cierto es que el príncipe reapareció luego del concurso con la catástrofe que produjo el terremoto en el centro del país. Filiberto decidió visitar varias localidades afectadas por el grave sismo que ya se cobró la vida de 260 personas.