ESPECTACULOS
IvAn Moschner

Un unipersonal que lee y canta

El actor acepta las posibilidades de acercarse al público vía streaming y relata cómo será su nuevo construcción de Diarios del hambre, creado junto a Fabián Díaz.

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Propuesta. El artista decide crear una pieza acorde al presente. | GZA: PRENSA DIARIOS DEL HAMBRE

Desde el domingo 20 a las 12 del mediodía se podrá ver solo por cuatro funciones a Iván Moschner en Diarios del hambre, proyecto de Fabián Díaz y del mismo Moschner. La propuesta será vía streaming en vivo, desde la casa del intérprete. La plataforma permitirá que una vez finalizada la presentación los espectadores puedan entrar a un Zoom para dialogar con los creadores. Será desde www.teatrouaifai.com y el precio es de $ 400.

Como tantos actores, también Iván Moschner sufrió los efectos de la suspensión de actividades. Recuerda: “Estaba haciendo funciones de Tadeys en el Cervantes, teníamos para un mes más. Era la segunda temporada. A partir de ahí el encierro. Por eso la propuesta de armar este unipersonal fue saludable. Tomé muchos cursos durante el 2020, estudié, ensayé con Fabián y también con mi grupo Morena Cantero. Esperamos en algún momento poder estrenar Pretenciosas y ridículas las de Las Barranco, es una versión de la obra de Laferrère”. 

—¿Cómo crearon juntos una pieza moderna y actual como “Diarios del hambre”?

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—Nace a partir de una canción. Estábamos de gira con Los días de la fragilidad en Mar del Sur, donde hay un festival de teatro que organiza Alberto Félix Alberto. Estaba haciendo un régimen muy estricto, por temas de salud. La esposa del director Fabián Díaz (María) me manda una canción, El colesterol del mexicano Fito Olivares, con la que ahora cerramos el espectáculo. A los pocos meses Díaz, como autor y director me propone hacer un espectáculo con textos y canciones con humor. Empezó haciéndome cuestionarios, casi entrevistas vía Zoom, durante meses. Después escribió un guión que volvimos a revisar varias veces. La dramaturgia la firmamos los dos, pero la factura final es la de él. No buscamos la carcajada, pero está instalada donde está la levedad del humor. 

—Será vía streaming: ¿cómo se actúa por internet?

—Lo estoy descubriendo. Ya hicimos algunas funciones para probar con amigos. De alguna manera, la gente que va al teatro y usa lentes de vidrio también tiene una cierta distancia. En mi caso, tengo a mi familia en Misiones y mi madre tuvo covid. Fui a verla de lejos en el verano. Quise que ella conociera la obra, quería leérsela, pero como no se sentía bien no lo pude hacer. Ahora está mucho mejor, por eso decidimos armar una lectura vía Zoom con ella y mis hermanas. Sentí que pudieron entrar en la historia y yo notaba sus presencias. Es uno el que debe estar abierto. Siento que sucede tanto como en el teatro, hay que estar atento. La plataforma, Teatro UaiFai, desde donde lo trasmitiremos tiene pensado que una vez que se termine el espectáculo se abra un Zoom para dialogar. 

—¿Por qué viniste a Buenos Aires? ¿Y qué recuerdo te dejó Inda Ledesma? 

—Estudiaba teatro en Posadas, pero quise venirme a aquí para estudiar en lo que era el Conservatorio Nacional de Arte Dramático. Estaba un poco perdido ahí. Y conocí a Inda Ledesma, verla actuando y dirigiendo, después dio seminarios cortos. Analizaba, discutía sobre los textos, no era frecuente ver a una mujer haciéndolo. La veía como una guerrera frente al mundo. Ella todo el tiempo se estudiaba y nos estudiaba. Nos ayudó mucho, ya que sabíamos que al mediodía podíamos pasar por su departamento para comer, aunque ella no estuviera. Era solidaria. Eso fue de gran ayuda para algunos de nosotros. En mi caso, trabajaba como cadete, pero mi sueldo me alcanzaba solo para pagar la pensión. Por eso los sábados íbamos al mercado del Abasto para recoger lo que se había caído de los camiones. Vengo de una familia de trabajadores y siempre tuve que trabajar. 

 

De andré breton a ‘santa evita’

Tal vez resulte extraño un streaming al mediodía, pero Iván Moschner lo explica: “Estoy ensayando en el Teatro Nacional Cervantes de 14 a 20 vía Zoom. Debo tener ese horario disponible, porque estoy en La comedia es peligrosa de Gonzalo Demaría”. 

El año pasado encarnó al escritor André Breton, junto a Pompeyo Audivert, quien compuso a Trotsky. Afirma: “Ya se estrenó Manifiesto de Alejandro Rath, que filmamos en una playa. También participé de la película de terror Deus Irae, de Pedro Cristiani. Prefiero el papel más largo, si tu personaje es muy pequeño, es como que vas de visita y no participás de la totalidad”. 

Hay muchas expectativas por el paso de la novela de Tomás Eloy Martínez del año 1995 a la pantalla. Anticipa: “Estoy en la serie Santa Evita, donde hago el papel de Cifuentes, colaborador de Moori Köenig. Irá por la plataforma Star + (Star Plus), ya es oficial su lanzamiento el 31 de agosto de este año. Es un canal de Disney. La miniserie aún no tiene fecha de estreno”.

Fue el último ganador (2019) en el rubro Mejor Actor Protagónico del único premio rentado que entrega la Ciudad de Buenos Aires, el Trinidad Guevara: “Si bien en estos últimos años estoy trabajando con continuidad, esta distinción me dio una tranquilidad enorme. Con ese dinero tengo asegurado el pago de mi alquiler. Siempre viví con la angustia de ahorrar y cuánto me iban a durar lo que juntaba cuando no tenía trabajo. Este premio me dio la posibilidad de elegir”.