Desde el jueves 14 de este mes se podrá ver a Natalia Oreiro y Mercedes Morán juntas por primera vez en la película Las Rojas. El guión fue compartido entre Mariano Llinás y Matías Lucchesi, y este último asumió la dirección. Toda la acción transcurre en Uspallata y Potrerillos, en la provincia de Mendoza, allí se trasladaron no sólo Oreiro y Morán sino también Diego Velázquez, Alberto Leiva, en otros papeles. Desde Montevideo donde es la anfitriona del reality La voz, Natalia Oreiro contesta todas las preguntas de PERFIL.
—¿Qué fue lo que te interesó del guión como para aceptar filmar Las Rojas?
—Sonará un poco irresponsable, pero de movida no fue el guión lo que me hizo aceptar. La verdad es que la hice porque estaba Mercedes (Morán) y desde hace muchísimo tiempo quería trabajar con ella. Es una actriz a la que admiro profundamente y valoro mucho su trabajo. Es una de las mejores intérpretes que tenemos, no solo en la Argentina sino en el mundo. Sigo su carrera y tengo mucha empatía con ella. Además confío mucho en su criterio y cuando ella aceptó, no dudé. Conocía la primera película de Matías (Lucchesi) que fue Ciencias naturales (2014) y me había gustado el abordaje que había hecho. Luego leí el guión y me gustó.
—¿Es la primera vez que filmás un western? ¿Cómo fue?
—Si. Es la primera vez que filmo un western, algo a lo que no estamos acostumbrados en el cine argentino y mucho menos protagonizado por dos mujeres. Había hecho una bellísima película de Eduardo Mignona en el 2002, junto a Norma Aleandro (Cleopatra) que era una road movie. También filmada en Mendoza, por lo cual me volvían los recuerdos y las coincidencias, aunque los guiones no tienen nada que ver. Me pareció muy interesante que se filmara ahí. Fue muy divertido, aunque el sol, el viento y la tierra resultó todo un tema. En mi caso, no me expongo al sol. También cabalgar sobre mulas, tenía la experiencia de los caballos, pero ahí descubrí que son muy diferentes, cuando se empacan se hace difícil.
—¿Cómo fue volver a trabajar con Mercedes Morán? ¿Habían tenido escenas juntas en Iosi, El Espía Arrepentido?
—Con Mercedes tuvimos la suerte de poder ensayar mucho en Buenos Aires. También compartimos el hotel, donde charlábamos mucho y nos conocimos más. El equipo fue maravilloso, pudimos recorrer las termas y tomarnos unos vinos. Le presenté a un amigo que trabaja en el Conicet y él nos vinculó con dos paleontólogas, para conocer el mundo de los científicos. Mercedes siempre fue muy generosa con mis trabajos, es el tipo de mujer que siempre tira para delante, es empática con el otro y eso no es tan común. Genera una energía preciosa alrededor de su trabajo. En Iosi, el espía arrepentido no tenemos escenas juntas, ni en la primera temporada, ni en la segunda. Algo que lamenté muchísimo. Nuestros personajes están en distintos tiempos, tal vez si hay una tercera se nos dé, ojalá.
"Morán es una actriz a la que admiro profundamente y valoro mucho su trabajo"
—¿Crees que estamos viviendo tiempos donde la mujer es más protagonista?
—Sí, sin duda, estamos viviendo un momento muy femenino, aunque aún falta muchísimo por trabajar con respecto a nuestros derechos. Hoy tenemos una voz más fuerte, hay más solidaridad y los medios también han amplificado más nuestras necesidades, nuestras luchas y todas las injusticias que suceden. Con lo cual esta película también viene a ser parte de eso. No soy de las personas que cree que hay que hacer cine femenino, creo hay que hacer buen cine, pero considero que es importante también contar historias donde las protagonistas sean mujeres o que compartan el protagonismo. Por lo general, las películas están protagonizadas por hombres. Esto lejos de ser una crítica es una búsqueda, son las mujeres las que deciden qué se va a ver al cine, por eso también me parece importante que las protagonicemos. Había también un equipo femenino detrás de cámara muy fuerte y eso es muy bueno.
—La película va desde el enfrentamiento femenino a la unión: ¿esta alianza entre mujeres crees que es la fórmula para poder tener una sociedad más justa?
—Creo que para tener una sociedad más justa necesitamos muchas alianzas entre personas, más allá de los géneros. Las personas tenemos que aceptar las diferencias, ser más empáticos, más solidarios, aprender a escuchar, respetar y que las minorías sean prioridad. Obviamente dentro de todas estas necesidades está el tema que las mujeres estemos más unidas. Pero creo que existirán grandes cambios cuando esta unión entre nosotras vaya acompañada de lo social. Sería injusto decir que esta transformación del mundo la hacemos solas: hay una infinidad de hombres que nos acompañan en esta lucha.
"Las personas tenemos que aceptar las diferencias, ser mas empáticos"
—Interpretaste comedias y dramas: ¿qué preferís?
—Mi personalidad se inclina más hacia la comedia. Es la búsqueda que quiero para mi vida. Soy una persona con mucha melancolía, nací en el Río de la Plata (Se ríe) pero soy optimista y busco la enseñanza en las situaciones dramáticas. Colaboro con distintas fundaciones y sé que la realidad es muy cruel. Pero tiendo más hacia la comedia, me da mucha satisfacción y alegría poder hacer que la gente se ría como también que se emocione. Mucha gente me felicitó por Re loca (2018). Los actores buscamos que no nos vean a nosotros. Cuando hice Gilda no quería que la gente me viera disfrazada de ella, quise encarnarla. Cundo era muy chica, Mignona me dijo: “confiá en tu mirada y hacelo con verdad”. Ese consejo fue fundamental para mí. La verdad está en una. Somos instrumentos del director, pero el alma y el corazón son de una.
—¿Sentis que todavía tenés que luchar con los estereotipos que tienen de vos?
—No digo que lucho, en todo caso es una búsqueda, abrirse y mostrarse, dejar los lugares comunes o fáciles. A veces una va para adelante y a veces para atrás, en cualquier profesión, no sólo los actores. Trato de cuestionarme bastante las elecciones profesionales y personales. Se puede evolucionar o involucionar. Una no puede controlar nada, para los actores es fatal, menos en una película.
—Si te dieran absoluta libertad: ¿qué filmarías?
—Me encanta la palabra libertad. En mi caso la tuve para elegir aunque a veces a una le da miedo jugarse por lo que quiere. Estoy trabajando bastante sobre este tema. Me gustaría hacer Juana Azurduy, la historia está, pero tenemos que ver cuándo la filmamos. También quisiera interpretar a Juana de Ibarbourou, poetisa uruguaya que me marcó mucho en mi infancia. Fue una feminista que vivió violencia de género. Ambas murieron olvidadas. Estoy a la búsqueda de estos personajes pero no son tan fáciles de alcanzar.
La voz de Uruguay
Natalia Oreiro hace de “host”, en el reality La Voz, en Uruguay. Dice: “No soy jurado y no podría serlo, no me gusta, prefiero ser anfitriona, lo mismo haré en El enmascarado por Telefé. Será mi primera conducción en Argentina. Soy de una generación que no creció con las redes sociales, hace un año tengo Instagram. Habría que enseñarle a nuestras infancias y juventudes para que sepan usar estas herramientas para el bien común. Pero detrás de ellas hay grandes corporaciones manipulando la información. No sé si los jóvenes están preparados para recibir los comentarios, tanto los hirientes como los halagadores. El estar todo el tiempo opinando sobre tu aspecto físico es muy perturbador. Siempre existió la búsqueda de la fama por ella misma, no es nuevo”.
Cuando se le recuerda que desde el 2015 con Entre caníbales que no está en la televisión abierta. Afirma: “En realidad me gusta actuar, sin importar dónde. Cuido mucho los horarios por mi hijo. No quiero perderme su infancia. Por eso no hice televisión, pero estamos trabajando con una canal para hacer el año que viene una comedia”. Mientras se espera ver su Eva en Santa Evita para Star +, Oreiro subraya: “Dejé el alma y el cuerpo. Es un drama, será por eso que quiero ahora hacer comedias”. Finalmente revela por qué no actuó en teatro: “Creo que no lo hago por miedo. Me han acercado muchos proyectos pero busco excusas y creo que es por temor. Cuando se me pase haré teatro. También viajo muchísio y entonces se hace muy difícil coordinar los horarios”.