La trágica muerte de una conocida periodista en una endoscopía atrajo la atención pública sobre esta especialidad. El silencio estimuló la creencia que nos encontrábamos ante el temido “secreto de quirófano”. La autopsia, realizada varios días después reveló que la defunción fue causada por algo que no debería haber pasado e inevitablemente ligada a la actuación de algún miembro del equipo.
El proceso judicial sigue con varios imputados. En la consideración pública, el protagonista suele ser el cirujano y los demás miembros del equipo permanecen en un segundo plano, casi todos saben quién los operó y casi nadie quien fue el ayudante, instrumentista, cardiólogo ni, anestesista.
La anestesia es una especialidad de altos riesgos: si ocurre un incidente leve que es solucionado en el acto, nadie suele enterarse, pero si la complicación es mayor las secuelas suelen ser la muerte, grave discapacidad neurológica permanente o de lenta recuperación o como mínimo: una larga permanencia en terapia intensiva.
Consultamos a varios especialistas y nos relataron los problemas que los aquejan. Uno es la falta de estadísticas de errores, que en nuestro país no existen y lo comparan con Gran Bretaña, que recientemente publico una de tres millones de casos, en varios hubo equivocaciones de algún o algunos miembros del equipo.
No existe actividad humana en la que no se cometan errores, pero deben ser estudiados para prevenirlos y saber qué hacer si se producen. La complicación más frecuente es la “catástrofe de vía aérea”, el paciente no pueda respirar y da pocos minutos para restablecerla. Los especialistas están alarmados por la falta de liderazgo que se le concede en la emergencia y la de comunicación con el equipo en esas circunstancias de altísimo stress.
Proponen planificar la eventualidad, asignando roles a cada miembro del equipo y hacer simulaciones porque todo lo ensayado sale mejor. Prever los pacientes susceptibles, sabiendo que los predictores tienen sus límites y para esos casos también deben prepararse.
Bajo estricta reserva cuentan que hay instituciones donde los obligan a realizar anestesias simultáneas (en intervenciones de bajo riesgo) que se encuentran prohibidas por los reglamentos de las instituciones y son “falta grave” en el código de ética.
Y algunos confiesan que cuando todo parece estar en orden suelen dejar el quirófano y caminar por los pasillos.Corolario: nos llamó la atención que en las quejas de esta especialidad ocupan los primeros lugares los aspectos humanos y organizativos y no los litigios judiciales y las retribuciones.
Dr. Floreal López Delgado, Abogado, To. 11, Fol 51 C.P.A.C.F; Especialista en Derecho de la Salud, con destacada trayectoria internacional. Para Consultas: Cel.: 011 15 6683 0377 Mail: [email protected] Tucumán 978, 3er. Piso. C.A.B.A.