Las marcas suelen sufrir graves violaciones de sus derechos, desde usos inadecuados hasta inficiones a las mismas sin su consentimiento. “Proteger la marca, los derechos de autor y las patentes tienen que ser uno de los primeros pasos a dar. Para ello se necesita contar con un asesor especializado. No solo crea valor y lo hace competitivo, sino que ayuda a la supervivencia del proyecto o empresa en cuestión”, nos cuenta Melisa Litvin, abogada y directora del Departamento Propiedad Intelectual de Litvin Legales.
“Las patentes se emplean únicamente para protección de invenciones, y por ende “patentar” no debería utilizarse nunca para referirse a los registros de marcas. El registro de una marca es un derecho exclusivo de uso de la marca en el territorio en el que se concede la protección”.
Registrar las marcas tiene un valor significativo para las empresas, pero no todas lo hacen. “Existe cierto descuido de las compañías a la hora de registrar tanto la marca como el dominio. Muchas veces las empresas lanzan el producto y/o servicio sin contar con ningún tipo de asesoramiento legal y luego por intimaciones de los titulares registrales deben volver a comenzar o incluso enfrentar litigios que podrían haber sido fácilmente evitados”.
La razón legal por la que deben registrar las marcas es que si alguien infringe a la misma se puede buscar una demanda en cualquier tribunal del país e impedir el uso, difusión y reproducción de la marca de su empresa.
Con softwares de búsqueda de antecedentes marcarios y con relaciones en todas partes del mundo buscan evitar contingencias o infracciones a futuro. “Nuestro estudio acompaña y asesora a nuestros clientes brindándoles soluciones a la medida de sus necesidades. En lugar de centrarnos en soluciones puntuales a problemas individuales, nuestro objetivo es integrar diferentes herramientas y tecnologías para proporcionar un servicio global”.
Además cuenta de la importancia que tiene el registro para las empresas. “Les agrega un valor fundamental. Una marca registrable es un producto a comercializar y por ende tiene mayor consideración. De esta manera puede venderse, licenciarla, franquiciarla, utilizarla como garantía en operaciones”, afirma Melisa.
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