Desde principios de este año, el Centro porteño está teñido por dos colores: bicicletas naranjas fluorescentes y amarillas van y vienen entregando pedidos. Se trata de los servicios de delivery de las aplicaciones Rappi y Glovo, que permiten que el usuario reciba en su domicilio productos de supermercados, restaurantes o de todo tipo de comercios.
El crecimiento de estas plataformas fue acompañado de un conflictividad progresiva entre la empresa y los encargados de entregar los pedidos. De hecho, tres meses atrás, los rappitenderos (así se llama a los repartidores de Rappi) hicieron su primera jornada de protesta. Esta semana, avanzaron un casillero más: presentaron la Asociación del Personal de Plataformas (APP), el primer sindicato de trabajadores del rubro, que nuclea a quienes se desempeñan en las plataformas Rappi, Glovo y Uber.
PERFIL se comunicó con Roger Rojas, uno de los fundadores y secretarios provisionales del sindicato, quien explicó los motivos del surgimiento.
—¿Por qué decidieron nuclearse como sindicato?
—Por la falta de respuestas de las empresas, respecto a todos los reclamos que hemos hecho los trabajadores. Estas plataformas lo que hacen es dividir y hacer competir a los trabajadores. Nos mantienen separados. Con esto queremos unirnos y que todas las personas que se quieran organizar, para que las condiciones de trabajo sean mejores, tengan un medio.
—¿Cómo fue el proceso de conformación?
—A raíz del conflicto que tuvimos hace tres meses, cuando decidimos hacer una protesta, muchas personas que trabajan para estas plataformas se acercaron a pedirnos asesoramiento y empezamos a crear lazos espontáneos. Utilizamos las redes sociales y WhatsApp para juntarnos. Somos muchos los trabajadores de plataformas los que nos sentimos identificados con los mismos reclamos.
—¿Cuáles son los principales planteos?
—Queremos una mesa de negociación, en las que estén los dueños de las empresas, los trabajadores y la Secretaría de Trabajo. Te mentiría si te dijese “pedimos tal o cual régimen”. Lo que queremos es sentarnos a negociar. Porque ellos dicen que somos independientes, pero no es verdad. Porque si yo soy independiente, fijo mi tarifa. Y no es así. Estamos subordinados, ellos nos dan el trabajo, nos fijan el precio que cobramos, nos sancionan y nos bloquean un par de días si no hacemos caso y nos pueden hacer bajar en un ranking según el cual el algoritmo designa los encargos. Por otra parte, nadie nos cubre si tenemos un accidente y además, tenemos que pagar las bicis o las motos, los celulares y los abonos. Por eso queremos negociar. Queremos un proceso libre, democrático y participativo. Si quieren que seamos independientes, sentémonos a ver las condiciones. Ya hicimos la presentación formal del sindicato ante la Secretaría de Trabajo y estamos esperando la respuesta.
—¿Cómo son las condiciones de trabajo desde tu experiencia?
—Al principio, recibía más encargos, trabajaba un par de horas y ya tenía algo de dinero. Pero Rappi, por ejemplo, capacita 150 personas nuevas diariamente para que se incorporen y hoy ya hay 13 mil ID habilitados y la cantidad de pedidos que hay por día no alcanza para todos. La semana pasada estuve tres horas en la zona de Belgrano esperando que me llegara un pedido, hice una sola entrega y la empresa me pagó $ 40 y el cliente me dio $ 10 de propina. ¡Estuve tres horas por $ 50! Desde el sindicato queremos pedir una auditoría de sistemas, ya que el algoritmo lo manejan ellos y les da prioridad a las personas que recién se incorporan, para engancharlas.
—¿El ingreso permite solventar costos básicos?
—Cada vez es menor. Hay gente que trabaja hasta 16 horas diarias y no se toman ni un día, porque el día que no trabajan no comen. El 80% de los trabajadores de estas aplicaciones somos extranjeros, y muchos se endeudan para poder comprar una bici o un celular. Y encima, como el dinero no alcanza para tener la alimentación que requieren estos tipos de trabajos, surgen lesiones, desgarros y son días que no trabajamos. A nosotros nos gustan este tipo de plataformas, las apoyamos y nos gusta nuestro trabajo. Solo queremos que se establezcan condiciones dignas, porque no somos robots.
“Reforzamos el compromiso”
A raíz del surgimiento del sindicato, PERFIL se contactó con Rappi, la empresa en la cual trabajan los fundadores del gremio. La respuesta de la compañía fue a través de un comunicado genérico, donde se responden las consultas respecto de las condiciones laborales.
En el documento, la empresa asegura: “Desde Rappi reforzamos el compromiso en trabajar junto con las autoridades competentes, a fin de desarrollar un marco normativo que se adapte al nuevo paradigma y desafíos de la economía colaborativa y digital 4.0”.
Además, señala que Rappi “cuenta con 150 empleados en Argentina y paga todos los impuestos a nivel nacional y local, respetando los requerimientos legales y las responsabilidades tributarias”. Al mencionar 150 empleados, Rappi se refiere al personal que trabaja en relación de dependencia para la compañía y excluye a los repartidores.