INTERNACIONAL
la tragedia de germanwings

“Algún día el mundo recordará mi nombre”, había dicho el copiloto de Germanwings

La combinación entre su miedo a no volar más un problema de visión, depresión severa y síndrome de “burn-out”, lo habrían llevado a derribar al avión.

imagenes. Los restos de la aeronave esparcidos en una región de los Alpes franceses.
| Cedoc Perfil

Poco a poco, se conocen los móviles de Andreas Lubitz, el copiloto que habría estrellado el Airbus 320 de Germanwings y arrastrado a otras 149 personas a la muerte. Su miedo a no poder volar más, sumado a una depresión severa y al deseo de hacer algo que cambiara “el sistema” y que “todo el mundo” conociera su nombre precipitaron la tragedia de los Alpes.

El principal sospechoso de haber derribado el avión tenía problemas de visión que ponían en riesgo su capacidad de pilotear, según The New York Times, que citó fuentes de la investigación judicial, no aclaró qué tan grave era su condición. Además, Lubitz padecía un trastorno psicosomático, por el que estaba medicado. “Era tratado por varios neurólogos y psiquiatras”, confió ayer a Die Welt un miembro de la investigación. En el allanamiento a su departamento en Düsseldorf no se halló nada que sugiriera una dependencia a narcóticos o al alcohol.

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Ser famoso. Lubitz sufría un “síndrome subjetivo de sobrecarga” –lo que se conoce como “burnout” o estar “quemado” por estrés laboral– y tenía una fuerte depresión. “Esto se desprende de notas personales del piloto, que guardó y archivó”, agregó el diario alemán.

Pero el dato más inquietante se lo dijo al diario Bild María W, una auxiliar de vuelo de 26 años y ex novia de Lubitz. “Un día voy a hacer algo que va a cambiar todo el sistema y todo el mundo sabrá mi nombre y lo recordará”, le comentó a María el joven de 28 años, según su declaración a la prensa. La mujer cree que si su ex novio derribó el avión fue porque “vio que, a causa de sus problemas de salud, su gran sueño de ser capitán en Lufthansa y comandante de vuelos de larga distancia era imposible”.

La joven fue novia de Lubitz durante cinco meses y se separaron en 2014. No es la profesora que, al parecer, lo dejó poco antes de la tragedia, sino que lo conoció antes. “Cada vez era más claro que él tenía un problema. Durante las discusiones, se desquiciaba, me gritaba (...) Tenía muchas pesadillas y por la noche se despertaba gritando: ‘Nos caemos’,” explicó a Bild.

Otro que habló fue el padre de Lubitz. “El padre está completamente hundido”, reveló el alcalde de la localidad francesa Prads-Haute-Bléone, Bernard Bartolini.

De acuerdo con el diario Süddeutsche Zeitung, que no cita ninguna fuente, los partes de licencia médica de Lubitz estarían firmados por un “neurólogo y psiquiatra”. Hace seis años había sufrido una depresión severa, durante su entrenamiento como piloto. Desde entonces, estuvo bajo un seguimiento médico “regular y especializado”, que no habría sido informado a sus autoridades laborales.

Otro episodio que sembró más interrogantes sobre Lubitz fue su conocimiento de la zona de la tragedia, que habría visitado durante su niñez. Francis Kefer, miembro de un aeródromo en la localidad de Sisteron, reveló ayer que la familia del piloto y otros miembros del club de planeadores de su localidad natal en Alemania, Montabaur, visitaron la región de forma habitual entre 1996 y 2003.