Finalmente, Italia tiene un nuevo gobierno. Después de una larga crisis política, plagada de negociaciones y tensión, el subsecretario del Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, le anunció ayer al presidente Giorgio Napolitano que había formado gabinete, tras lograr una coalición entre sectores de la centroizquierda, el berlusconismo y el centro, comandado por Mario Monti.
“Es el único gobierno posible. En el interés de Italia y de Europa, no se podía tardar más”, aseveró ayer el veterano jefe de Estado. El nuevo premier, de 46 años, jurará hoy su cargo y pondrá fin a dos meses de estancamiento político, después de que las elecciones de fines de febrero dejaran un Senado sin mayorías claras. Al aceptar asumir el mandato, Letta presentó su lista de ministros, que tiene rostros nuevos, siete mujeres y un fuerte recambio generacional.
Letta, politólogo y experto en derecho, integró el partido de centroderecha El Olivo, y su padre fue ayudante del ex primer ministro Silvio Berlusconi. Actualmente, se desempeñaba como segundo dirigente del partido de centroizquierda, presidido por Pier Luigi Bersani, quien fracasó en su intento de formar gobierno semanas atrás.
Emma Bonino, histórica integrante del Partido Radical y ex comisaria de la Unión Europea (UE), será la nueva ministra de Exteriores. Angelino Alfano, la mano derecha de Il Cavaliere, será el número dos del gobierno y ministro del Interior. Anna Maria Cancellieri, la ex ministra del Interior del gobierno ténico de Mario Monti, se ocupará a partir de ahora del Ministerio de Justicia. Y la cartera de Economía, un ministerio clave en estos momentos de recesión y ajustes, finalmente estará en manos de Fabrizio Saccomanni, hasta ahora director general del Banco de Italia.
En tanto, Cecile Kyenge, una médica de origen congoleño, asumirá la cartera de la Integración, transformándose en la primera ministra negra de la historia de Italia.
El nuevo Ejecutivo cuenta con nueve ministros del Partido Demócrata de la centroizquierda, cinco de la centroderecha de Berlusconi, tres del partido de Monti, una radical y cuatro técnicos.
El líder de la derecha, acusado ante la Justicia por inducción a la prostitución de menores, sostuvo que aunque no tenía ganas de volver a ser primer ministro, su plan para reactivar la economía italiana estaba a disposición del futuro gobierno.