El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva sabe que ya no hay vuelta atrás: irá a prisión en las próximas semanas. La cúpula del Partido de los Trabajadores (PT) cree que eso sucederá cerca de Pascua, el 1º de abril, y, ante la inminencia de su detención, ya evalúa en qué condiciones se entregará y cuál será la estrategia política para enfrentar el día 1 de su líder en prisión. El propio Lula lo dijo con todas las letras el viernes por la noche, en la presentación del libro La verdad vencerá. El pueblo sabe por qué me condenan, donde fue entrevistado por intelectuales y periodistas: “Estoy listo para ser encarcelado”.
Esa frase denota que optó por enfrentar su condena a 12 años y un mes de prisión con realismo, pero también con espíritu combativo. Comenzará mañana una intensa caravana electoral por los estados del sur de Brasil, distritos donde la Justicia selló su suerte en primera y segunda instancia. En Santana do Livramento, en la frontera con Uruguay, se reunirá con el ex presidente José “Pepe” Mujica. Allí, estará acompañado por miles de militantes petistas, que no solo respaldarán su candidatura a la presidencia sino también clamarán por su libertad. La gira incluirá 14 ciudades y concluirá el 28 de marzo en Curitiba, epicentro del Lava Jato y sede del juzgado federal de Sérgio Moro, que lo condenó en primera instancia. Entre el 26 de marzo –cuando Lula visite Foz do Iguaçu– y el 28, el Tribunal Regional Federal 4º (TRF-4) de Porto Alegre, que confirmó su culpabilidad y amplió su pena, divulgará los fundamentos de su fallo, procedimiento que precederá a su detención en caso de que sus últimos recursos sean rechazados.
Hay dos teorías en el PT con respecto a su detención. Una indica que se entregará a la policía federal para evitar que se propague en los medios su imagen esposado y escoltado por los oficiales; mientras que la otra sugiere que esperará a que lo apresen durante un acto de campaña, rodeado por el calor y los cantos de sus partidarios. Ricardo Noblat, analista político de Veja, suscribió esa hipótesis: “Lula ya informó a sus amigos que se prepara para ser encarcelado. En el cálculo de algunos líderes del partido, lo ideal sería que lo apresaran cuando esté de caravana por los estados del sur, acompañado por personalidades internacionales”.
El ex presidente calificó su encarcelamiento como “la mayor barbarie” en la historia de Brasil y dijo que se convertirá en el “primer preso político del país en el siglo XXI”. “A donde llego las personas se sorprenden porque me esperaban depresivo y sufriendo con la situación. Estoy animado porque estoy seguro de que los que me condenaron no tienen la conciencia tranquila porque saben que mintieron”, disparó.
El PT movilizará a su electorado para respaldar a su líder en su hora más difícil, al tiempo que estudia la estrategia electoral que adoptará tras su detención y posterior inhabilitación electoral. Las encuestas vaticinan que trepará su popularidad, pero no prevén si esas simpatías se transferirán a otro candidato petista. n