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Colombia avanza hacia el fin del uribismo

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Elecciones. Un militante reparte propaganda. | afp

Con las elecciones del próximo domingo, Colombia se acerca a conocer quién será su próximo presidente. Y si bien es prácticamente seguro que ningún candidato alcance la victoria en primera vuelta, esta contienda marcará un antes y un después en la política colombiana. ¿El 2022 será el año en el que un presidente de izquierda llegue a la Casa de Nariño por primera vez en la historia? 

Este 29 de mayo todas las miradas de la región estarán puestas en Colombia, ya que 38 millones de ciudadanos estarán habilitados para votar en una primera vuelta presidencial cuya campaña ha atravesado circunstancias de todo tipo. Y si bien hay siete candidatos con sus respectivas fórmulas que tienen posibilidades de pelear por la presidencia, el foco estará especialmente puesto en las tres personalidades que, al día de hoy, encabezan en este orden los sondeos de intención de voto: Gustavo Petro por la coalición izquierdista denominada “Pacto Histórico”, Federico “Fico” Gutiérrez que protagoniza la alianza de derecha “Equipo por Colombia” que incluye al partido Centro Democrático del ex presidente Alvaro Uribe y por último, el desdibujado candidato centrista Sergio Fajardo. Todos estos candidatos han obtenido el pase a la elección presidencial de este domingo después de las consultas interpartidistas del pasado mes de marzo.

E independientemente de quién resulte vencedor, esta campaña electoral será fundamental para el presente y futuro de Colombia. En términos socioeconómicos, la población colombiana se acerca a las urnas en un contexto muy desfavorable con un 15% de de-sempleo, un 40% de pobreza y una desigualdad que lo ubica entre los tres países más inequitativos de la región. En paralelo, la violencia política y social protagonizaron no solamente la contienda electoral sino también los últimos años de la historia colombiana, después de un cierto momento de relativa pacificación posacuerdo con las FARC ya que los últimos meses dan cuenta de un crecimiento de la actividad guerrillera y de otras organizaciones ilegales. De hecho, varios candidatos tuvieron que suspender actividades de campaña por amenazas de asesinato en manos de grupos paramilitares en determinados lugares en el interior del país. La violencia, incluso, no quedó circunscripta a los candidatos sino también a la sociedad en general: Solamente en 2022 más de cincuenta líderes sociales han sido asesinados en todo el país.  

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Y en términos políticos, estas elecciones dan cuenta de dos fenómenos que llaman la atención. Por un lado, una creciente polarización ideológica ante la declinación del caudal de votos de la coalición de centro. Sumado a eso, la aparición de cinco partidos nuevos marca un cambio en la competencia electoral llevando al país a un sistema multipartidista con alta fragmentación partidaria e ideológica. Pero además, estas elecciones podrían significar el fin del uribismo tras la pérdida de votos del tradicional Centro-Democrático para dar lugar a un nuevo contexto que podría dejar atrás una premisa de la política colombiana: que la izquierda nunca podría ganar. 

Así, las encuestas muestran que Gustavo Petro sería el candidato más votado el domingo. De hecho, en las primarias su coalición izquierdista obtuvo la misma cantidad de sufragios que el centro y la derecha juntos, posicionándolo en un lugar de preferencia. 

¿Pero quién es Gustavo Petro? Nacido en Cundinamarca en 1960, el candidato a presidente es un economista con una larga carrera política. Durante su juventud, Petro perteneció a la M-19 (siglas para Movimiento 19 de abril), un grupo guerrillero que surgió en Colombia en la década de 1970 tras una denuncia de fraude en las elecciones presidenciales que dieron como ganador al conservador Misael Pastrana, en pleno contexto del denominado “Frente Nacional”. Y si bien la M-19 se desmovilizó en 1990, el hecho de haber pertenecido a esta organización es un elemento de la biografía de Petro constantemente utilizado por sus rivales. Aún así, su pasado guerrillero no le impidió desarrollar una carrera política con éxito ya que fue candidato a la presidencia dos veces y alcalde de Bogotá entre 2012 y 2015. Según sus propias palabras, su intención es dotar a Colombia de una mayor estructura productiva para no depender económicamente de las materias primas que le permita obtener mayores divisas para redistribuir más equitativamente los ingresos. De acuerdo con su plataforma, Pacto Histórico significa la llegada al poder de una “nueva izquierda” en un país considerado, según el ex presidente Uribe, como “conservador y de derecha”. Sin embargo, algunos dudan de la capacidad de Petro para combatir a las guerrillas que están volviendo a la lucha armada en el país. Incluso, varios analistas colombianos sostienen que en caso de obtener la victoria, Pacto Histórico podría sumar en el Congreso el apoyo de Comunes, el partido político que surgió tras los acuerdos de paz con las FARC. 

Entre los desafíos que tendrá el futuro presidente, independientemente de quién sea elegido, será estabilizar económicamente un país profundamente golpeado por la pandemia y pacificar una sociedad que vuelve a enfrentar los fantasmas de la violencia del pasado. La tarea no será sencilla: De acuerdo con un estudio de Freedom House publicado por el diario El País, la ciudadanía colombiana es de las que menos confían en que la democracia sea el mejor sistema de gobierno de toda la región.

*Licenciada en Ciencias Políticas (UCA) e Investigadora del Centro de Estudios Internacionales (CEI-UCA).