INTERNACIONAL
Brexit

Comenzó la nueva Europa con un Reino Unido que se pone a prueba

La primera ministra británica y su embajador ante el bloque continental iniciaron formalmente la desvinculación. "Ya los extrañamos", responden desde el Consejo Europeo.

Brexit, en las portadas de los medios británicos.
Brexit, en las portadas de los medios británicos. | AFP

Hartos. Así se encuentra parte de la población media británica ante la desconcertante incertidumbre sobre el futuro del Reino Unido, según relataron a Perfil residentes en Londres y en ciudades aledañas. "Qué podría pasar si...", es la consigna permanente en los medios de comunicación locales y que provoca fastidio y estrés en los ciudadanos de las islas, sea que hayan estado a favor o encontra del Brexit. En igual medida, el editorialista Jonathan Walker del Birmingham Mail, corresponsal político en Westminster, expresó que el proceso "irritabilidad, cansancio y hasta un poco de miedo".

Sea como fuere, el momento llegó y la primera ministra británica, Theresa May, activó este miércoles el proceso de separación del Reino Unido de la Unión Europea, al comunicar oficialmente a Bruselas la intención del país de abadonar el bloque. En simultáneo, el embajador británico ante la UE, Tim Barrow, entregó la carta pertinente a las autoridades comunitarias. Con ello queda abierto el camino para la negociación del "Brexit", nueve meses después del referéndum.

Como si el Reino Unido finalmente hubiera alcanzado su madurez plena, May sorprendió con una declaración al afirmar ante el Parlamento británico: "El Reino Unido abandona la UE, tomaremos nuestras propias decisiones". May aseguró que abandonar las instituciones comunitarias "no significa abandonar Europa". Y esto es estrictamente cierto porque la primera ministra busca que se logren diferentes caminos para que su economía no se desploma al atar y asegurar ciertos mecanismos de compensación.

El famoso artículo 50, y las críticas industriales alemanas


El artículo 50 del Tratado de la Unión Europea es el puntal en el que se apoyó May para disparar el procedimiento y obliga a ambas partes a negociar en no más de dos años un "acuerdo de salida". Allí se determina que de no alcanzar un acuerdo al cumplirse los dos años de la notificación, el Consejo Europeo, junto a Reino Unido en este caso, podrá decidir una prórroga. Asimismo, el mismo punto normativo regula que mientras dure el período de negociación las leyes de la UE seguirán siendo aplicables al país salientey en consecuencia, el Reino Unido seguirá siendo parte de la UE como siempre, pero no participará en las discusiones internas del Consejo Europeo en las decisiones sobre su propia salida.

Lo que busca el Reino Unido es un divorcio, pero que la mudanza no impacte tanto en sus activos. La premier no deja un instante de remarcar que la voluntad de irse de la Unión Europea pero no sin antes alcanzar un "acuerdo de libre comercio para que las empresas tengan la mayor libertad para operar y comerciar". Éste será el arduo eje de las negociaciones durante los próximos 24 meses, en cuyo tiempo se evaluará cómo aplicar más de 20 mil leyes que ahora son materia de discusión por sus alcances.

También se determinará el estatus legal de los británicos que ya viven en países de la UE y de los ciudadanos comunitarios que residen actualmente en Reino Unido.

Los principales líderes de Europa, como Merkel u Hollande buscan llevar "tranquilidad", pero la realidad es que la posición efectiva se conocerá  en una cumbre extraordinaria que se celebrará el 29 de abril. Sin embargo,  la industria alemana reclamó "limitar los daños" que supondrá la salida. "La UE y Londres deberían aclarar rápidamente cómo quieren lograr que las relaciones económicas a largo plazo vuelvan a sustentarse sobre una base estable", declaró el presidente de la Asociación de la Industria Alemana, Dieter Kempf. "Ya es conocido el peligro que supone una continua pérdida de confianza a través de controvertidas negociaciones", alertó.

En su momento, la libra fue la gran perdedora de los mercados tras el referéndum de junio sobre el "Brexit", que dejó a la moneda británica en caída libre. Aunque la divisa consiguió estabilizarse en los últimos tiempos, ayer, día en que el Gobierno británico activó el proceso, valía un 18 por ciento menos respecto al dólar que hace nueve meses.

Qué pasa con Escocia

May descartó hacer excepciones con alguna de las regiones británcias en la negociación del "Brexit". "Negociaremos como un solo Reino Unido", afirmó. El Gobierno regional de Escocia quiere que la región británica tenga un estatus especial en el mercado común europeo, pero May ya anunció que sacará del mismo a todo el país y planteó a cambio la cesión de más competencias a las regiones.

Ante ese "Brexit duro" que plantea May, el Parlamento escocés aprobó el martes la celebración de un nuevo referéndum de independencia del Reino Unido. Sin embargo, para ello debe contar con el visto bueno de Londres y May no está dispuesta a abrir ese proceso antes de cerrar las negociaciones del "Brexit".

Las preocupaciones continúan, y las dudas permanecerán durante los próximos meses. Pero algo es claro, nada será lo mismo, una nueva Europa se ve forzada renacer y debe prepararse para nuevas posibles salidas o, inclusive, incorporaciones como la de Escocia. Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo expresó en su cuenta de Twitter un mensaje que reflejó el clima político: "What can I add to this? We already miss you" (¿Qué puedo agregar a esto? Ya te extrañamos).

(*) Con información de DPA y AFP.