Fue una escena típica de box, que hasta hubiera resultado burlesca si no fuera porque hubo heridos y porque ocurrió en el Parlamento de Venezuela. El clima de violencia política que se vive en el país desde las elecciones del 14 de abril llegó al extremo esta semana, cuando diputados del oficialismo y la oposición se agarraron a trompada limpia en plena sesión de la Asamblea Nacional. El bochorno no terminó ahí y ambos bandos siguen acusándose mutuamente: mientras el chavismo habla de provocación y sobreactuación, los opositores denuncian un ataque directo.
Los legisladores de la oposición fueron los que se llevaron la peor parte. Una diputada debió ser operada por varias fracturas en el tabique, un colega suyo sufrió heridas en la cara, otro quedó inconsciente por una patada en la nuca y al menos otros seis resultaron con heridas leves. Del lado del chavismo, la asambleísta Nancy Ascencio –señalada por los opositores como una de las que más pegaron– apareció con un cuello ortopédico.
“Los diputados de la derecha fueron por lana y salieron trasquilados”, comentó luego del combate la ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, la misma que había dicho que tenía una celda lista para el líder opositor Henrique Capriles Radonski. “No somos mancos, les dieron sus cocotazos. Bien merecidos tienen esos coñazos que les dieron. Aquí nadie va a poner la otra mejilla porque ya nos mataron a diez compatriotas”, agregó, en alusión a los militantes chavistas que fueron asesinados en los días posteriores a los comicios presidenciales.
La batalla campal había tenido un capítulo previo. El martes 18, el diputado opositor William Dávila había recibido 16 puntos de sutura luego que un legislador oficialista le pegara con un micrófono en la frente. Fue luego de que el oficialismo le negara la palabra a la bancada opositora hasta que reconociera como presidente electo a Nicolás Maduro.
El martes pasado, la escena se repitió. Antes de que comenzara la sesión, la oposición volvió a negarse a convalidar el gobierno de Maduro. El chavismo respondió con una estrategia de “invisibilización”: les retiraron los micrófonos a los opositores y la televisión oficial dejó de enfocarlos. Pero, esta vez, los antichavistas habían llegado preparados con cotillón: sacaron varios bolsos con silbatos, vuvuzelas y una pancarta que decía: “Golpe al Parlamento”.
A partir de esa peculiar protesta, calificada como “provocación” por el chavismo, comenzaron las piñas, calificadas como “ataque directo” por la oposición. En los videos de la sesión, tomados con teléfonos celulares ya que las cámaras oficiales no registraron nada, se ve que uno de los más activos en la repartija fue un tal Michael Reyes, un diputado suplente que ni siquiera está juramentado y que puso su contundencia y su corpulencia al servicio de la violencia.
“Me enfrenté con Reyes para impedir que siguiera golpeando a mi colega Julio Borges –reconoció a PERFIL el diputado opositor Américo De Grazia–. Conseguí frenarlo y me subí al estrado para denunciar el ataque, pero me arrastraron por las escaleras, me tumbaron y comenzaron a darme patadas. Una de ellas, en la nuca, me hizo perder el conocimiento”.
En opinión de De Grazia, “el oficialismo está huérfano del liderazgo de Chávez y eso es un problema, porque ahora no hay nadie que ponga un freno a situaciones como ésta”. El legislador adelantó que la oposición acudirá a la Justicia y que continuará con su extraña estrategia en la Asamblea: “Acudiremos con cascos industriales y megáfonos para poder hablar”.
Según la versión chavista, la trifulca comenzó por la oposición. “El parlamentario Richard Arteaga tiró una silla que le pegó a su colega Borges, y ahí empezó todo –aseguró la legisladora Ascencio–. Nosotros estábamos sentados, pero algunos de nuestros diputados estaban siendo golpeados”. La asambleísta dijo que a Corina Machado, la diputada que sufrió una fractura en el tabique, “le quedó bien el maquillaje”.
Aunque condenó la violencia, Maduro también responsabilizó a la oposición y difundió videos con “la verdad” sobre lo ocurrido. Sin embargo, en las imágenes que mostró el Gobierno sólo pudo verse a legisladores antichavistas sacando pitos y cornetas.
Capriles en la Argentina
Luego de varios cruces verbales con Cristina de Kirchner, el líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles Radonski, vendría a la Argentina. Así lo aseguró ayer a PERFIL el diputado antichavista Américo De Grazia. “En los próximos días comenzaremos una gira internacional y estaremos visitando la Argentina, ya informaremos oportunamente la fecha”, dijo el legislador.
Capriles anunció que recorrerá varios países para difundir su impugnación contra los comicios en los que resultó electo Nicolás Maduro. En los días posteriores a las elecciones del 14 de abril, el candidato opositor cruzó duro a CFK por una supuesta deuda millonaria que la Argentina habría contraído con Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez.
Maduro también vendrá. Protagonizará un acto en el estadio de All Boys el 8 de mayo.
