Con ocupaciones en 15 estados, los Sin Tierra se movilizan en Brasil en reclamo de una reforma agraria
En conmemoración del “abril rojo”, la masacre de 19 campesinos en 1996, el movimiento
intensificó sus acciones en todos los rincones del país.
Acampe en Brasilia.
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Cedoc
El Movimiento de los Sin Tierra (MST) en Brasil volvió a movilizarse este año, en coincidencia con el aniversario de la masacre de 19 campesinos en el estado brasileño de Pará, e intensificó en todos los rincones del país la toma de tierras consideradas improductivas.
En paralelo, el MST instaló un campamento en Brasilia, la capital del país, para reclamar al presidente Luiz Inacio Lula da Silva, a quien apoyaron masivamente en las elecciones del 2002 y 2006, la implementación de una reforma agraria.
" La reforma agraria está paralizada, a causa de una política económica que beneficia a las grandes empresas del agronegocio que concentran tierras y dinero público para producir monocultivos destinados a la exportación" dijo José Batista de Oliveira, coordinador del MST, en un comunicado de prensa del movimiento que publicó O Globo .
En lo que va de abril, el MST ya realizó 40 ocupaciones, entre ellas la de una plantación de eucaliptos de la empresa Ambev, que fue deforestada para plantar alimentos lo antes posible, informó el diario El País .
Pero la iniciativa que más preocupa al Gobierno es el intento de paralización de la producción de la compañía minera Vale do Río Doce, una de las más lucrativas de Brasil. Según dijeron representantes del movimiento, cerca del mil campesinos intentarán interrumpir el ferrocarril de Carajás para impedir la salida de minerales.
Para impedirlo, una flota de cerca de 500 policías apoyados por helicópteros está desde ayer en estado de alerta.
Mientras tanto, el ministro brasileño Márcio Fortes indicó que el diálogo entre el Gobierno y los delegados del movimiento está abierto. Afirmó que hoy por la tarde comenzarán las negociaciones entre representantes de su Ministerio y el MST, informó O Globo.
La relación entre el movimiento y el gobierno de Lula va del amor al odio. Aunque lo apoyaron para llegar a la Presidencia, el ex líder sindical no cumplió muchas de sus promesas: como cuando al asumir, en el 2002, afirmó que entregaría tierras al MST.
