Un ciudadano francés fue condenado a 20 años de prisión por cortarle el pene a un niño de cuatro años en el baño de un local de la casa de comidas rápidas McDonalds. Asimismo, el acusado fue inculpado a cumplir 13 años de custodia vigilada después de que termine sus años de encierro.
Condenado por el tribunal francés de Pontoise, una localidad cercana a París, Oliver Toussat, de 33 años, perpetró el siniestro en el año 2000, en una filial infantil de la casa de comidas rápidas.
Toussat sorprendió al chico solo en el excusado, donde había sido dejado por la niñera que lo cuidaba. Al verlo sin custodia, Toussat atacó al menor. Minutos más tarde, la mujer halló al nene tirado en el piso y bañado en un charco de sangre.
Cuando el niño relató los acontecimientos ante el tribunal, uno de los integrantes del jurado se desplomó, por lo que tuvo que ser reemplazado por otro.
El joven recuperó el miembro, que le fue cosido apenas sucedió el hecho, aunque la madre aseguró que ella no ha "superado el suceso” y continúa bajo tratamiento psicológico.
Por su parte, el autor del delito calificó sus propios actos como “imperdonables”, además de decirle a los padres de la víctima que sólo puede “desearles lo mejor para el futuro, aún cuando ello no pueda cambiar nada”.
Durante el proceso se discutió si podía catalogarse al hecho como un “acto de barbarie”.
La fiscalía había pedido 30 años de cárcel, además de 20 años de custodia vigilada, mientras que la defensa manifestó que Toussat “no sintió ningún placer en el sufrimiento de los otros”, por lo que “no tuvo intención de hacer daño”.