Fue una cumbre
histórica a la que
no le faltó ingrediente alguno. Hubo durísmos cruces verbales, grandes oradores, la
presidenta
Cristina Fernández retó a sus colegas masculinos por el espectáculo enrostrándoles un
filoso
"las mujeres son mejores que los hombres", el histriónico
Hugo Chávez se animó a cantar
(es un desafinado antológico) y, para cerrar semejante show, hubo
final feliz. Sin ninguna duda,
la Cumbre más inusual y televisiva de los últimos años. Lo importante: los presidentes
de Ecuador y Colombia,
Rafael Correa y
Alvaro Uribe, dieron por superada la grave crisis diplomática desatada tras una incursión
militar colombiana en territorio ecuatoriano. Hubo apretones de manos, abrazos y todos sonrieron para las
fotos.
.
Durante los discursos, los mandatarios se lucieron como grandes oradores y el rating lo
muestra que los canales transmitieron durante horas en vivo
. Algo poco usual para un evento diplomático.
Los saludos, abrazos y apretones de mano fueron la frutilla del postre de la cumbre que
llevó a Correa y Uribe a dar por finalizado el conflicto diplomático.
"Con el compromiso de no agredir nunca más a un país hermano y el pedido de perdón, podemos dar
por superado este gravísimo incidente", dijo Correa dirigiéndose a Uribe, quien se acercó a
saludarlo durante el plenario de la Cumbre del Grupo de Río celebrada en Santo Domingo.
La crisis política y diplomática entre Ecuador y Colombia, como era lógico, se robó el debate y tuvo a los respectivos presidentes Correa y Uribe, como principales esgrimistas verbales, que se prodigaron agravios, ironías y duras acusaciones mutuas.
Al cierre del taquillero debate, Correa dio por "superado el incidente". Luego, vino el
intercambio de
saludos con Uribe, quien tuvo un gesto similar con Chávez y el resto de los mandatarios
presentes.
El cambio de posturas que parecían inflexibles se debió a los ofrecimientos de disculpas por el ataque de parte de Uribe y de la documentación que involucraría al ecuatoriano de tener vínculos con las FARC para que se investigue en Ecuador, ambos aceptados por Correa, quien dijo que lo pasara a la oposición para que investigue la supuesta veracidad de los hechos.
Al comienzo de la jornada, Uribe había vuelto a acusar a Correa de proteger y amparar a las
FARC en su territorio y reclamó el
"derecho" de su país
"a la seguridad", argumento que abre las puertas a atacar a grupos considerados terroristas
fuera de las fronteras en línea con la política sustentada por los Estados Unidos. Aunque, a la
vez, admitió que existió la incursión militar en suelo ecuatoriano por fuerzas colombianas para
atacar al grupo de Raúl Reyes.
En su primera intervención, pidió también disculpas por el ataque, pero también afirmó que
el operativo en que murió Reyes no fue informado al gobierno vecino ya habían
"fracasado en los cinco anteriores" pergeñados contra el jefe guerrillero.
"Y en segundo (término), no le informé del operativo porque no hemos tenido cooperación del
gobierno del presidente Correa en la lucha contra el terrorismo", añadió el mandatario
colombiano, en un marco de extrema tensión que cedió al final de la tarde, tras la intervención del
mexicano
Felipe Calderón, quien pidió
terminar con los agravios, postura similar expresó la argentina
Cristina Fernández de Kirchner.
Y hasta el siempre encendido
Chávez, en líneas generales,
mantuvo un tono conciliador y se pronunció a favor de la paz, aunque no evitó definiciones
tajantes sobre el respeto de la soberanía territorial. En medio de su discurso cantó una melodía
caribeña, generando sonrisas y ayudando a distender el ambiente, aunque sus virtudes vocales no
sean justamente un orgullo bolivariano.
"Investigue señor presidente", desafió Uribe a Correa acerca de las verdad de sus afirmaciones sobre ayuda ecuatoriana a las FARC, aunque también concedió: "Para nosotros, lo que hemos hecho no es lo ideal". Correa, por su parte, replicó que Uribe fracasó en la lucha contra las FARC y que ese es un problema que debe resolver Colombia, y apuntó "nosotros somos las víctimas, no los victimarios".
"No me trate con ese cinismo que usan los comunistas para engañar a sus pueblos", le disparó Uribe sin anestesia, y el aire podía cortarse ante tanta tensión.
La intervención inicial del ecuatoriano no pudo ser registrado por la prensa, dado que el
debate se realizó a puertas cerradas y el audio
-por razones misteriosas- fue inexistente.