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Dilma defendió a Lula, cada vez más acosado por las causas de corrupción

Cariño. La presidenta y su antecesor, que impulsó su candidatura.
| Cedoc Perfil

Agencias
Un día después de haberse reunido con Lula, Dilma Rousseff aprovechó ayer la visita a una favela de Río de Janeiro para hacer una encedida defensa de su padrino político,  que enfrenta varias acusaciones de corrupción en el marco de las investigaciones por el escándalo Lava Jato.
“Converso sistemáticamente con Lula, y creo que está siendo objeto de una gran injusticia”, dijo la presidenta brasileña, en su primera defensa pública del ex mandatario.
“Respeto mucho la historia del presidente Lula, y estoy convencida de que este proceso será superado, porque creo que el país, América Latina y el mundo necesitan de un liderazgo con las características de él”, enfatizó Dilma.

Acuerdos. Según la prensa brasileña, en la reunión del viernes, que se realizó en un hotel de San Pablo, Rousseff acordó en hacer una defensa pública de su antecesor.
De todos modos, según Folha de Sao Paulo, Dilma descartó realizar alguna “acción práctica” o “declaración enfática” ante los problemas judiciales de Lula.
Asesores de la presidenta temen que si participa activamente en la defensa del ex mandatario pueda llevar la crisis al interior del Palacio del Planalto.

Operaciones. En los últimos meses, Lula ha quedado en medio de varias investigaciones de la Justicia brasileña, tanto en el contexto del escándalo de la Petrobras como de otras acciones cuestionadas de su gobierno.
   El ex presidente es blanco desde hace varios meses de la Operación Zelotes de la Justicia, que  investiga la sospecha de que en el gobierno de Lula algunas empresas “compraron” decretos que las beneficiaban.
 Por su parte, la fiscalía de San Pablo investiga un probable “ocultamiento de patrimonio” del ex presidente, relacionado con la compra de un tríplex en un lujoso edificio, en Guarujá, en el litoral paulista.  
Otra operación de la Justicia, Lava Jato, está tratando de comprobar si empresas involucradas en el escándalo de la Petrobras financiaron las mejoras en una chacra frecuentada por Lula y su familia en Atibaia, en el interior de San Pablo.
Lula ha confirmado que utiliza la chacra para descansar, pero asegura que no es el dueño de la propiedad.