José Sarney, Fernando Collor, Itamar Franco, Fernando Henrique Cardoso, Lula da Silva. Desde el regreso de la democracia en Brasil, todos los presidentes respetaron la tradición de conceder un reportaje a la revista Veja, el semanario líder del país. Dilma Rousseff no podía ser la excepción.
La jefa de Estado accedió a una extensa entrevista con una publicación que históricamente fue crítica del Partido de los Trabajadores (PT), y de cuyos dardos no se salvó la propia Rousseff.
"No tengo problemas en disentir con Lula", fue uno de los textuales que dejó la nota de diez páginas.
Durante dos horas –en las que sorprendió la ausencia de Argentina–, Dilma conversó la semana pasada con Eurípedes Alcântara, jefe de redacción de Veja, y otros tres redactores jefes en el Palacio de Planalto en Brasilia.
"En una de las semanas más agitadas para ella, por la tensión con sus bases de apoyo en el Congreso, Dilma estaba sorprendentemente tranquila y confiada”, plasmó la revista en un editorial que acompañó el reportaje.