La secretaria de Estado de EE.UU, Condoleezza Rice, dijo hoy en Seúl que no le dirá a Corea del Sur ni a China cómo deben cumplir con las sanciones contra Corea del Norte, pero pidió expresamente cooperación a todos los países en un intento por lograr un frente común contra Pyongyang y aplicar sanciones por el ensayo nuclear.
"No vine a Corea del Sur ni voy a ninguna otra parte a tratar de dictar a los gobiernos qué deben hacer", dijo Rice en conferencia de prensa horas después de arribar a Seúl procedente de Japón, en el marco de una gira que también la llevará a China.
"Queremos dejar abierto el sendero a las negociaciones. No queremos una escalada en la crisis", dijo la jefa de la diplomacia estadounidense tras reunirse con su par surcoreano y futuro secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
El canciller sudcoreano Ki-Moon advirtió junto a Rice sobre las "graves consecuencias" que tendrá un nuevo ensayo nuclear norcoreano.
"En lo referente a un posible segundo ensayo nuclear de Corea del Norte, coincidimos en que agravaría la situación actual y que no debería llevarse a cabo".
"Estamos de acuerdo en que en caso de que suceda, deberá haber consecuencias más graves", dijo Ban en conferencia de prensa.
La secretaria de Estado llevó ayer un mensaje similar a Japón, primera escala de su gira de cuatro días, dedicada a discutir las consecuencias del ensayo norcoreano.
Ayer, tras reunirse con su par japonés, Taro Aso, la funcionaria estadounidense dijo: "El ministro de Relaciones Exteriores y yo nos comprometimos a trabajar juntos y con otros estados para la rápida y efectiva aplicación de todas las medidas" de la resolución 1718.
Dicha resolución, aprobada el sábado pasado en el Consejo de Seguridad de la ONU, prevé un embargo de material militar y productos de lujo a Corea del Norte, en respuesta al ensayo nuclear realizado este mes por la nación asiática.