Los cientos de miles de manifestantes concentrados en la plaza Tahrir (de la Liberación) de El Cairo estallaron de alegría al anunciarse hoy la renuncia del presidente egipcio, Hosni Mubarak, tras treinta años en el poder, y luego de 18 días de violentas protestas. Una celebración que se extendió a otros países del mundo. En tanto, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, salió a hablar tras la noticia, y dijo que con la esperada renuncia recién se inicia el período de "transición" de Egipto.
"¡El pueblo ha hecho caer al régimen! ¡El pueblo ha hecho caer al régimen!", gritaba una multitud en esta plaza convertida en símbolo del movimiento de protesta iniciado el 25 de enero contra Mubarak, constató la agencia AFP. Los manifestantes gritaban de júbilo y agitaban banderas egipcias. Algunas personas se desmayaron incluso por la emoción.
Mientras tanto, los Hermanos Musulmanes, el más articulado de las fuerzas opositoras de Egipto, felicitaron este viernes al pueblo por la rebelión que derribó al presidente Mubarak y al ejército por haber "cumplido sus promesas", declaró a su portavoz Isam El Eryan. Las celebraciones se extendieron por varios países del mundo, sobre todo de Medio Oriente.
Obama, por caso, dio un breve discurso en la Casa Blanca, tras conocerse la noticia de la renuncia de Mubarak, y dijo que este acontecimiento representa "no el fin de la transición, sino su comienzo" en Egipto, un país que "no volverá a ser el mismo". Al tiempo que vaticinó que habrá días difíciles por delante y que ahora muchas preguntas quedan sin respuesta.
El presidente de Estados Unidos, país que era aliado del gobierno de Mubarak hasta que comenzaron las protestas, afirmó estar seguro de que los egipcios responderán pacíficamente a esas interrogantes. También alabó el carácter constructivo de las protestas en El Cairo y advirtió que nada menos que una democracia será aceptable en ese país. "Hay muy pocos momentos en nuestras vidas donde tenemos el privilegio de presenciar la historia y este es uno de ellos", precisó.