La salida oficial de Reino Unido de la UE se concretó este viernes a las 23 (hora Londres; 20 hora argentina) y el Canal de la Mancha volvió a ser una frontera europea, entre el continente y la isla, por lo que se cierra una página de casi medio siglo, de 1973 hasta hoy, la del "matrimonio" entre Londres y Bruselas. El Brexit se convierte en realidad, la Union Jack y la bandera azul con las estrellas europeas se separan, entre festejos coloridos del pueblo euroescéptico, las recriminaciones de grupos aún más dispersos del frente Pro Remain y el lamento de muchos, tanto en el Reino como en otros países.
El sello del Brexit Day llegó hombre que en los últimos meses logró poner fin a las trabas para concretar la salida de la UE tras el referendo celebrado en junio de 2016, después de haber liderado la campaña "Leave": Boris Johnson.
Controvertido, pero exitoso en la hora destinada a marcar su legado. En un discurso a la nación anticipado por Downing Street, el premier tory llamó a la unidad de un país agrietado tras el duro proceso del Brexit. Además, definió el paso de Londres como "el amanecer de una nueva era", que "no marca un fin sino un inicio". El premier, asimismo, reivindicó el adiós a Bruselas como una "decisión sana y democrática", sancionada "dos veces por el juicio del pueblo", en 2016 y en las elecciones de diciembre pasado.También exaltó la esperanza de un renovado relanzamiento, de un papel europeo y global "independiente" del Reino Unido, pero también de una "cooperación amistosa" de buena vecindad con los ex socios de la UE. Así, instó sus compatriotas a "liberar todo el potencial" de la nación, a creer en el cambio como en una "maravillosa" oportunidad para el "éxito".
No sin insistir en la convicción de que la dirección tomada por el club europeo, aunque "con todas sus cualidades admirables", ya no era adecuada para el destino británico.
Sus palabras también estuvieron acompañadas de tonos de comprensión hacia "la sensación de ansiedad y desconcierto" para esa mitad del país que consideraba al Brexit un error histórico o un riesgo. De ese modo, insistió en el compromiso de su gobierno de buscar el camino para reconducir al Reino Unido a la "unidad" ahora para que podamos mirar hacia adelante "juntos".
Sin embargo, persisten las incógnitas sobre el futuro, para empezar la negociación crucial, a cerrarse en sólo 11 meses de transición, de las relaciones comerciales con los 27; y de las apuestas sobre acuerdos de libre comercio paralelos deseados con los Estados Unidos y otras terceras potencias. Sin mencionar las promesas sobre control de inmigración, sobre inversiones en infraestructura y servicios, sobre el alivio de las disparidades en beneficio de áreas deprimidas, como el norte de Inglaterra, donde el Ejecutivo celebró el "Brexit Day" con un simbólico consejo de ministros en la euroescéptica Sunderland. Objetivos para conciliar con las estimaciones inmediatas de una posible desaceleración en el crecimiento económico y con muchas contradicciones internas.
Contradicciones entre políticos a favor y en contra del Brexit, así como otras, que siguen sacudiendo a las naciones del "no" al Brexit, como Irlanda del Norte y, especialmente, Escocia, donde la premier Nicola Sturgeon volvió a invocar hoy el objetivo de un segundo referéndum secesionista
Mientras, desde Bruselas y las diversas capitales continentales, la conciencia del momento "histórico" se ha unido a la "tristeza" o al lamento en las voces de muchos: desde el premier italiano, Giuseppe Conte, hasta el presidente de Francia, Emmanuel Macron; pasando por el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, y por el comisario Paolo Gentiloni.Por su lado, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, dejó la puerta abierta a la "mejor asociación posible" con el Reino Unido.Aunque también manifestó que el "aislamiento espléndido" no será la solución a los problemas del mañana.
De momento, partidarios del Brexit se congregaron con banderas británicas para una gran fiesta frente al Parlamento de Westminster, que durante tres años fue escenario de los acalorados debates sobre la cuestión más importante y divisiva en la historia reciente del país.
Cómo sigue el proceso
A partir de ahora, Johnson tendrá por delante la difícil misión de negociar tratados comerciales con la UE, pero también con Estados Unidos, su gran carta para reemplazar a su principal socio comercial. "Ahora podrán hacer las cosas de forma diferente", afirmó el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, apuntando a los "enormes beneficios" de esta nueva libertad. Pero las negociaciones no serán fáciles: Washington presionará para que Londres sea más laxo en materia de salud o medioambiental, mientras que Bruselas (temerosa de una competencia desleal) pedirá que se respeten estándares laborales y ecológicos. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, aseguró que Europa será "muy firme" en estas negociaciones" y "no aceptará" posibles políticas desleales. Sin embargo, no lograr un acuerdo comercial a tiempo representaría una "amenaza existencial" para la economía de la vecina Irlanda, advirtió su primer ministro Leo Varadkar.
EA