INTERNACIONAL
Similitudes latinoamericanas

El modelo de marcha y contramarcha comienza a extenderse a lo largo y a lo ancho del continente

Los seguidores de D'Elía, los círculos bolivarianos y las brigadas del principal opositor mexicano, ejemplos de una práctica en expansión.

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La conformación de brigadas de choque, que se utilizan para imponer u ofrecer resistencia frente a voluntades políticas, se extiende rápidamente en toda Latinoamérica, desde el Gobierno o desde la oposición.

La avanzada de los seguidores de Luis D’ Elía, que anoche se hicieron con el control de la Plaza de Mayo y desplazaron a quienes se manifestaban en apoyo al campo, no hizo más que confirmar que el kirchnerismo ya ímportó y adoptó el modelo chavista de marcha y contramarcha.

Los incidentes de ayer, sumados a los protagonizados el lunes por miembros del gremio de Camioneros (encabezado por Hugo Moyano) que intentaron impedir un corte de ruta, no difieren demasiado de la realidad cotidiana venezolana, adonde los llamados "círculos bolivarianos" son utilizados por el Gobierno para aplacar los ánimos de los disidentes.

Los vínculos entre D’ Elía y Chávez ya habían sido ratificados en el pasado por el propio funcionario, quien confrontado con las versiones que indicaban que el gobierno venezolano financiaba los actos de Federación de Tierra y Vivienda (FTV), admitió: “Nos pagan colectivos y nos ayudan a movilizar a los compañeros”.

Mientras tanto, en México, el ex candidato presidencial de Izquierda, Andrés López Obrador, anunció ante miles de sus seguidores que se conformaron brigadas para defender a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) de la presunta intención del Gobierno de privatizarla.

Según la agencia de noticias Ansa, López Obrador señaló que las brigadas en defensa del petróleo quedaron conformados en 20 grupos de 10.000 mujeres y 36 agrupamientos de unos 18.000 hombres. “Que quede claro, la patria es primero”, declaró el ex candidato.

Para los habitantes de la boliviana provincia de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, lo primero es la autonomía provincial. Desde la asunción del presidente Evo Morales, la elite santacruceña –que concentra gran parte de la riqueza del país- ejerce una fuerte oposición a las políticas gubernamentales.

En una postura que recuerda bastante a la intransigencia de algunos sectores del campo argentino, los santacruceños, que el viernes que viene acudirán a las urnas para votar un proyecto de estatuto autonómico, se niegan a obedecer un decreto gubernamental que prohíbe la exportación de aceite.

La norma tiene la intención de garantizar el abastecimiento en el interior del país, en momentos en que el precio del aceite a nivel mundial aumentó a niveles record.