INTERNACIONAL
la salud de bergoglio

En Francisco, hasta un resfrío preocupa

El Pontífice tuvo que suspender su agenda por un estado gripal. Es la cuarta vez que le ocurre. Expertos advierten que debe “extremar los cuidados” por su deficiencia pulmonar.

Caido. Así se vio a Bergoglio en la Plaza San Pedro esta semana.
| AFP

Por cuarta vez desde que es papa, Jorge Mario Bergoglio tuvo que suspender ayer las actividades previstas en su agenda por un problema de salud. El Vaticano informó que Francisco debió guardar reposo por un “leve resfrío” que le impidió asistir a las audiencias programadas para después de la misa cotidiana en la capilla de Santa Marta.

El vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi, informó que el Papa “consolida su descanso en vista del viaje a Tierra Santa” la semana próxima, que no será suspendido. Francisco visitará Jordania, los territorios palestinos e Israel entre el 24 y el 26 de mayo.

Lo que sí, no realizará una visita a un santuario fuera de Roma que había sido planificada para mañana, porque necesita descanso. Lombardi aseguró que no hay preocupaciones por la salud del Pontífice, de 77 años, y que todo está “tranquilo” en ese aspecto.

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No obstante, especialistas advierten que Francisco debería intensificar los cuidados de salud ya que, además de su avanzada edad, padece una deficiencia pulmonar que requiere especial atención. En su juventud, Bergoglio fue sometido a una operación en la que le extrajeron una porción de uno de sus pulmones.

“En un paciente con la capacidad pulmonar reducida, el riesgo de que un cuadro gripal se transforme en una neumonía es mayor –explicó a PERFIL el doctor Eduardo Schiavi, neumonólogo y director del hospital María Ferrer–. Por eso, en casos así se recomienda extremar los cuidados, hacer más reposo que una persona normal y vacunarse correctamente”.

Desde que asumió su papado en marzo de 2013, la hiperactividad fue una de las características distintivas de Francisco. Sin embargo, ya fueron varias las veces que el ex arzobispo de Buenos Aires debió cancelar su agenda por problemas de salud.

La primera fue a mediados de noviembre del año pasado, cuando canceló reuniones protocolares con autoridades del Vaticano por un “resfriado”. Algunos días después, a principios de diciembre, acusó “cansancio físico” al posponer una audiencia privada. En esa oportunidad, el Papa había pasado tres horas saludando a los fieles en la Plaza San Pedro. Finalmente, a fines de febrero de este año, Bergoglio suspendió una visita al Seminario Mayor de Roma por una “indisposición” que le produjo unas “décimas de fiebre”, según las palabras de Lombardi, única voz autorizada para informar sobre la salud papal.
Además del problema pulmonar, el Papa sufre una lumbalgia que suele provocarle dolores de espalda. Dolencias no muy graves, pero que lógicamente preocupan en el Papa