INTERNACIONAL

Enojos, ideología y Wikileaks

El escándalo de Wikileaks no tiene fin. Gracias a la circulación de nuevos cables, el presidente Correa expulsó del país a la embajadora estadounidense en Quito. cómo se vivió la noticia en EEUU.

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La ronda de prensa habitual del vocero de Estado se inició con una noticia fuerte desde Latinoamérica. Mark Toner, el portavoz de Hillary Clinton, hizo saber a los periodistas que su gobierno había recibido una nota del Ecuador en la cual se informaba que Quito había decidido “expulsar” a la embajadora norteamericana Heather Hodges.

La noticia -que corrió como un reguero de pólvora- tuvo que ver una vez más con los cables de Wikileaks, esa información clasificada del Departamento de Estado que fuera extraída ilícitamente y que al ser publicada por la prensa, sigue generando reacciones en cadena. En Latinoamérica ya causó la salida –con ésta-, de dos embajadores estadounidenses.

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El cortocircuito en Ecuador se generó apenas la prensa local publicó esta semana un cable fechado a mediados del 2009, en el cual la embajadora norteamericana habría informado a Washington acerca de “un pasado nombramiento de un Jefe policial que tenía antecedentes de corrupción, con supuesto conocimiento del gobierno de Rafael Correa, y al solo efecto de tener alguien fácilmente manipulable en la fuerza”.

Citada a dar explicaciones de urgencia frente al canciller Ricardo Patiño, Hodges le manifestó al funcionario ecuatoriano la postura habitual del Departamento de Estado sobre los cables de Wikileaks: “se trata de documentación robada y no merece ninguna observación, ningún comentario, y ninguna aclaración”. Su respuesta no cayó nada bien.

“No podemos aceptar este tipo de información. Le hemos pedido que abandone el país cuanto antes” dijo el ministro a la prensa, aunque también dijo que esperaba que la decisión no afectara las relaciones “cordiales” que tiene Ecuador con Estados Unidos. Caída la tarde el Departamento de Estado norteamericano evaluaba si tomaba alguna acción recíproca.
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Hace un mes, el presidente Felipe Calderón de México logró la salida del embajador estadounidense Carlos Pascual, debido también a filtraciones de Wikileaks. El mexicano se irritó cuando se conocieron cables en las cuales Pascual había realizado comentarios negativos acerca de la capacidad operativa del ejército mexicano en la lucha contra el narcotráfico. En ocasión de su visita a Washington a principios de marzo, el mexicano resaltó que dadas las circunstancias, le resultaba difícil trabajar con Pascual. Días más tarde se conoció la renuncia del diplomático norteamericano acreditado en el Distrito Federal, aunque Hillary Clinton en su momento trató de minimizar el problema.

Con esta decisión Ecuador se suma a la lista de países sudamericanos que no cuentan con embajador norteamericano en su territorio. Similar situación se vive en Venezuela y Bolivia, sus otros socios de afinidad bolivariana. Mientras tanto en Argentina también hay recelo con la embajadora norteamericana debido a las filtraciones de Wikileaks. Algunos medios locales habrían comentado en sus editoriales que a la embajadora Vilma Martinez, en la Casa Rosada, “no la invitan ni a tomar un café”.