Con 1.500 contagios en las últimas 24 horas y más de 6.200 casos en total, España se enfrenta a las horas más inciertas en el combate contra el coronavirus. El presidente Pedro Sánchez firmó ayer el decreto que instaura a partir de mañana el estado de alarma en todo el país, que limita por catorce días el desplazamiento de sus ciudadanos. Los españoles solo podrán salir de sus casas para comprar alimentos o remedios, ir a un centro médico o a sus trabajos, en el caso de que no puedan hacerlo a distancia.
Las palabras que pronunció Sánchez fueron las más trascendentales desde que llegó al poder. Su tono, su mensaje, transmitían la gravedad de la emergencia que enfrenta España, que dejó 189 víctimas fatales. “Cuantas más vidas nos ahorremos, cuanto menos tiempo de vida sacrifiquemos, más rotunda será esta victoria. Unidos saldremos adelante. Unidos venceremos al virus”, dijo.
El presidente aseguró que los ciudadanos no podrán circular por la calle por motivos de ocio y alertó que las fuerzas armadas están listas para actuar en caso de que sea necesario. La medida extraordinaria, contemplada en la Constitución y aplicada por primera vez en la democracia española, busca ralentizar la propagación del Covid-19. Madrid, donde se concentra la mayor cantidad de contagios, amaneció prácticamente paralizado, luego de que se cancelaran todos los eventos públicos y cerraran los comercios, excepto los esenciales.
“Nuestros mayores nos salvaron de la crisis económica de 2008. De sus pensiones salió el dinero para llenar nuestras despensas. Ellos nos dieron un gran ejemplo. En esta crisis son quienes necesitan nuestra ayuda”, afirmó Sánchez. La cuarentena total anunciada forma parte de un amplio paquete de medidas adoptado dentro del estado de alarma, centralizando la autoridad en todo el territorio del país, y poniendo al mando de la administración a sus ministros de Salud, Defensa, Interior y Transporte.
El gobierno podrá intervenir empresas y garantizar el suministro de alimentos y bienes. “Vamos a salir adelante. España tiene la capacidad de levantarse cuantas veces haga falta”, aseguró Sánchez, al tiempo que agradecía al personal sanitario y a las fuerzas de seguridad que velan por el orden público.
El presidente también urgió a la unidad nacional, en un mensaje dirigido no solo a los ciudadanos de a pie, sino también a la dirigencia política, tras una semana en la que fue duramente criticado por el líder de la oposición, Pablo Casado. Las desavenencias al interior del Gobierno de coalición del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos quedaron desnudadas en una reunión de gabinete que duró siete horas.
Sánchez quiso despejar la posibilidad de una recesión, pero ningún analista podía ayer descartarla. La economía española depende del turismo, que sufrirá una parálisis absoluta, carga con el lastre de una deuda que roza el 100% del Producto Bruto Interno (PBI) y de un desempleo del 14%. También era imposible saber si las medidas anunciadas durarán dos semanas o serán prorrogadas.
Contagio global. El coronavirus superó ayer los 142 mil afectados en el mundo, según el último reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La pandemia provocó casi 5.400 muertes, 438 en las últimas 24 horas.
Italia, el segundo país con más decesos después de China (1.268 muertos y 17.660 casos), vivía ayer un fin de semana en silencio. Los italianos permanecían en sus domicilios y solo se asomaban a los balcones. Milán y Roma decidieron cerrar sus parques y jardines para impedir concentraciones de gente.
Irán, otro de los países más afectados, reportaba ayer 11.364 infectados y 514 muertos. Rusia decidió cerrar sus fronteras terrestres, mientras que Noruega clausuró puertos y aeropuertos.
Habrá elecciones en Francia
Francia anunció ayer el cierre a partir de la medianoche de “todos los locales públicos no esenciales”, como bares, restaurantes y cines, y el paso a la fase 3 de la epidemia, que implica que el coronavirus está presente en todo el país.
Sin embargo, el gobierno anunció que hoy se celebrará la primera vuelta de las elecciones municipales, siempre que “se respeten estrictamente las consignas dadas de distancia y de dar prioridad a las personas ancianas y vulnerables”, afirmó el primer ministro Edouard Philippe, quien pidió “tranquilidad” y “civismo” a los franceses.
Solamente podrán abrir los comercios relacionados con la alimentación, las farmacias, los bancos y las estaciones de servicio.
“Todos los servicios esenciales para la vida de nuestros conciudadanos continuarán abiertos”, indicó el primer ministro. “Los transportes urbanos seguirán funcionando”, señaló, si bien el gobierno pidió a los franceses que limiten “sus desplazamientos”.
