El embajador de los Estados Unidos en La Paz, Philip Goldberg, restó importancia a las declaraciones realizadas por el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien denunció a un diario francés “una conspiración” de la oposición para “asesinarlo”.
Goldberg manifestó que lo dicho por Morales “es sin fundamento”, además de plantear que no está seguro “de donde le viene la información” al primer mandatario del país altiplano.
Morales había acusado a la embajada estadounidense en La Paz de formar parte del complot en su contra, algo que sin embargo, según afirmó, “no alterará la paciencia de Bolivia de mantener relaciones diplomáticas y comerciales con Washington”.
En una entrevista publicada en el diario parisino Le Monde, el primer mandatario del partido Movimiento al Socialismo (MAS), declaró que la derecha de Bolivia “lanzó una ofensiva”, que tiene como fin “intentar hacer fracasar las nacionalizaciones de los hidrocarburos”.
Asimismo, Morales añadió que la policía le había avisado que el 12 de octubre pasado “veinte ex militares llegaron (a La Paz) de Santa Cruz –departamento opositor al oficialismo-,con el objetivo de asesinarme”.
“He tenido que usar un chaleco antibalas”, declaró Morales, quien agregó que “con o sin Evo Morales, el cambio no parará”.
Por su parte, ante las denuncias del primer mandatario, el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García dijo que en todas sus denuncias, Morales “no juega” y que lo hace sobre la base de informes recogidos por los departamentos de inteligencia del Estado.
La ministra del Interior, Alicia Muñoz, insistió en que su cartera investiga a los ex militares que aparentemente buscan asesinar al gobernante socialista.