En su primera actividad que comienza su despedida de Estados Unidos, el papa Francisco condenó el extremo consumismo, como hace desde que comenzó su papado, defendió la familia y tuvo fuertes palabras en referencia a los abusos sexuales de parte de la Iglesia.
“Hablo castellano porque me dijeron que todos saben castellano”, arrancó bromeando el Papa en su discurso pero, inmediatamente, dio un giro y habló de los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia. “Me reuní con un grupo de personas abusadas”, declaró y luego exclamó que “los responsables de delitos sexuales rendirán cuentas”. "Me comprometo para proteger a los menores y prometo que los responsables rendirán cuenta", sentenció.
Luego de su condena, Francisco fue contra el extremo consumo de nuestros tiempos, defendió los viejos almacenes y criticó a las grandes cadenas comerciales. "El mundo parece se ha convertido en un gran shopping", exclamó. Acto seguido dijo que "lo más importante de hoy parece que es ir detrás de la última tendencia".
"No caigamos en la trampa. Muchos jóvenes han interiorizado un miedo inconsciente", dijo el Sumo Pontífice en referencia al “miedo” de arrancar una familia que tiene los jóvenes. Luego declaró: “Muchos retrasan el matrimonio en espera de unas condiciones materiales ideales. Mientras tanto, el mundo se consume sin sabor. Son las familias las que transforman el mundo y la historia”.
Para concluir su discurso, Francisco comentó que miembros de la Iglesia cubana le dieron un obsequio para alguna congregación cubana en Estados Unidos, pero dijo que no sabía a quién dárselo y bromeó: "Se imaginan que no me voy a meter en este lío de internas”.
