El recuerdo de las bombas de Hiroshima y Nagasaki aún vive en el inconsciente colectivo de miles de japoneses. Cuando Corea del Norte disparó este martes un misil balístico que sobrevoló Japón, ese temor afloró una vez más. Amenazado por el programa nuclear de Corea del Norte y por el ascenso vertiginoso de China, el premier Shinzo Abe evalúa aplicar una política exterior más firme con su belicoso vecino. Tras el lanzamiento el martes pasado de un misil balístico que sobrevoló el archipiélago, el dirigente acordó con el presidente estadounidense, Donald Trump, presionar con más dureza a Pyongyang.
Pero para lograrlo deberá sortear varios obstáculos, entre ellos el artículo 9 de la Constitución nipona, que renuncia a declarar la guerra y a adoptar una política beligerante. Abe insinuó que podría reformar la Carta Magna, impuesta por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. “El debate sobre la modificación de este artículo debe ser llevado a cabo por el Parlamento y no por el Poder Ejecutivo. Mantener el principio fundamental del pacifismo de la actual Constitución es una condición sine qua non. Además, nuestro país tiene la responsabilidad de proteger la seguridad y la paz de la nación y de su pueblo”, afirmaron a PERFIL desde la Embajada de Japón en Argentina.
Hoy, la seguridad de Japón descansa en su estrecha alianza con Washington, que tiene 89 bases en el archipiélago, donde están destinados 54 mil soldados. Si bien el primer ministro se abocó a mantener y reforzar ese vínculo, también propuso aumentar las capacidades militares de sus Fuerzas de Autodefensa. Hace dos años, Abe impulsó un paquete de leyes que permitió la participación de tropas japonesas en misiones de combate en el extranjero. El gobierno solicitó este jueves aumentar el presupuesto militar en 2018 a 47.600 millones de dólares –2,5% más que este año– y el Ministerio de Defensa anunció que solicitaría fondos para comprar un sistema antimisiles estadounidense, conocido como Aegis Ashore, que puede interceptar misiles que vuelen fuera de la atmósfera.
Si bien el gobierno apuesta por una resolución de condena del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y un amplio sector de la sociedad defiende el pacifismo, cobra fuerza la idea de incrementar la capacidad militar. “Mientras Corea del Norte continúe llevando a cabo acciones provocativas, ignorando las numerosas advertencias de la comunidad internacional, ya no será suficiente dialogar sino que será necesario presionar con más fuerza”, agregaron fuentes diplomáticas japonesas. Para Japón, el programa nuclear norcoreano debe ser eliminado.