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La "amiga" del rey de España se defiende

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La mujer a la que todos señalan como amante del monarca asegura que intentó conseguirle empleo al yerno de Juan Carlos.
| El Mundo (España).
Días después de que su nombre apareciera ligado a la complicada trama del "Caso Nóos", en el que está imputado el yerno del rey de España, la aristócrata alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, a quien todos apuntan como amante del rey Juan Carlos, se defendió de las acusaciones que pesan sobre ella. La aristócrata y empresaria alemana se desligó del polémico caso y aclaró cuál es su relación con el rey y el controvertido Duque de Palma.
 
En una entrevista que publicó en exclusiva el diario español El Mundo, Corinna explicó por qué se la menciona en los controvertidos e-mails que el exsocio de Urdangarin, Diego Torres, entregó al juez con el propósito de hacer caer al esposo de la infanta Cristina a la Casa Real. "Sólo traté de encontrarle un trabajo digno a Iñaki", aseguró Corinna definida por el NEW YORK TIMES como una "amiga y consejera sin sueldo" del rey español. La alemana explica que sólo trató de ayudar a Urdangarin "a encontrar tal como me pidió un empleo compatible con su posición".
 
Los mencionados e-mails presentados a los investigadores reflejan cómo Corinna habría hecho gestiones para tratar de encontrar un empleo "con buen sueldo" a Urdangarin, a pedido del rey, en una fundación internacional (la Fundación Laureus) que cuenta con 16 proyectos en diferentes ciudades, todos ellos vinculados a los deportes. 
 
La búsqueda de empleo para el yerno real empezó en junio de 2004 y se hizo con la supervisión del jefe de la Casa Real Alberto Aza. “Te envío el currículum que pidió su Majestad. Espero recibir pronto noticias positivas“, escribió Urdangarin en un correo a la amiga de su suegro. Su actividad en Laureus obligaría a Urdangarin a asistir a reuniones una o dos veces al mes y llegaría a ganar 250.000 euros al año, pero el duque rechazó ese empleo en 2005 y cuatro años después, fue contratado por Telefónica gracias a las gestiones del rey. 
 
Citado el pasado sábado a los juzgados de Palma, Urdangarin declaró que la Casa Real "no opinó, asesoró, autorizó o avaló" las actividades que él desarrolló al frente del Instituto Nóos y por las que está siendo investigado por presunta corrupción, lavado de dinero, desvío de fondos públicos, fraude documental y tráfico de influencias, en uno de los mayores dolores de cabeza que ha tenido la monarquía moderna en España. 
 
Esta defensa tiene lugar unos días después de que los e-mails dados a conocer por Torres revelaran que la infanta Cristina participaba en la toma de decisiones del Instituto Nóos y que el rey Juan Carlos siempre tuvo conocimiento, y hasta era informado, de los contratos que realizaba su yerno. "Por el contrario", agregó Urdangarin, "cuando tuvo conocimiento de la existencia de reproches políticos a las Administraciones públicas contratantes, la Casa de Su Majestad el Rey me trasladó las recomendaciones oportunas para que dejara de realizar una actividad que no consideraba adecuada para mi 'status' institucional y así lo hice".
 
De poco sirven ahora las declaraciones de Urdangarin y de la amiga del rey, sobre todo cuando la Monarquía española atraviesa su peor tormenta en décadas. Con la salud deteriorada y el prestigio por los suelos, el rey de España ya no es apoyado por la mayoría de los españoles y son cada vez más los que hablan de una necesaria y pronta abdicación en favor del príncipe Felipe y hasta de la instauración de una República. 
 
En una encuesta publicada el domingo por EL PAÍS, la mayoría de españoles (46 %) cree que las afirmaciones de Diego Torres sobre el papel del rey y su hija en el caso de corrupción es verdad, mientras que el 40% cree que sus acusaciones son solo una táctica para tratar de salir lo mejor parado posible. Además, la encuesta refleja que alrededor del 90 % de los españoles está convencido de la complicidad de la infanta Cristina de Borbón, frente a un escaso 7% que piensa que ella no estaba al tanto de las actividades ilícitas de su marido.
 
Lo seguro es que el caso ya alcanzó altas cuotas y obligó a la Casa Real a declarar -frente a las peticiones de varios políticos- que el rey no piensa abdicar al trono, ni pese a su estado de salud ni a los escándalos que rodean a su familia. Las consignas en la calle contra la monarquía, el poco interés público por las actividades oficiales de la Casa Real y el hecho de que por primera vez algunos políticos pidan públicamente la abdicación del rey es algo que no se ha visto en España desde su llegada al trono en 1975.
 
En todo caso, la monarquía se limita a negar acusaciones, desvincularse absolutamente de Iñaki Urdangarin (pese a que sigue siendo familiar del rey) e intentar guardar las apariencias en los medios. Según el New York Times, esto, sin embargo, está llegando muy lejos ya que el entorno del rey está ejerciendo presiones "de un modo agresivo" sobre directivos de varios periódicos españoles para "bajar el tono" a la importancia que le conceden al Caso Nóos.

(*) Especial para Perfil.com