El presidente palestino, Mahmud Abbas, anunció ayer la ruptura de “todas las relaciones” con Israel y Estados Unidos, incluida la cooperación en materia de seguridad, en respuesta tras el plan de paz estadounidense para Oriente Medio, para el que no fue consultado y que considera que solo beneficia a los israelíes.
Abbas participó ayer en El Cairo de una reunión extraordinaria de la Liga Arabe convocada por él.
El presidente palestino ya había anunciado en julio de 2019 su intención de no cumplir los acuerdos suscritos con Israel tras un recrudecimiento de las tensiones, aunque no cumplió sus amenazas.
Ayer, el titular de la Autoridad Palestina aseguró categóricamente que no habrá “ningún tipo de relación” ni con los israelíes ni con los estadounidenses, “ni siquiera en materia de seguridad” a la luz del plan desvelado el martes por el presidente Donald Trump.
Arabes. Algunos países árabes habían reaccionado de manera prudente al contenido del plan –unos incluso dijeron que lo examinarían–, pero la Liga Arabe rechazó oficialmente la oferta de la Casa Blanca.
Este plan “no respeta los derechos fundamentales ni las aspiraciones del pueblo palestino”, afirmaron los dirigentes árabes, quienes se comprometieron a no cooperar con Washington en su implementación.
Los cancilleres de los países árabes reunidos en El Cairo, entre ellos el de Arabia Saudita y el Emiratos Arabes Unidos, abogaron por la solución de dos Estados que incluye un Estado palestino dentro de las fronteras existentes antes de la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando Israel ocupó Cisjordania y Gaza y Jerusalén Este, una parte de la Ciudad Santa donde los palestinos quieren instalar su capital.
Para el secretario general de la Liga Arabe, el egipcio Ahmed Abul Gheit, el plan estadounidense equivale a crear “un Estado con dos categorías de gente, lo que significa un sistema de apartheid, ya que convierte a los palestinos en ciudadanos de segunda clase”.
“Es nuestro derecho aceptar o rechazar (el plan) aunque la propuesta estadounidense en realidad parece ser un dictado o una oferta que no se puede rechazar ni siquiera discutir”, agregó.
Potencia ocupante. Abbas, quien dijo haber informado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de su decisión, instó a Israel a que “asuma sus responsabilidades en tanto potencia ocupante” de los territorios palestinos.
Los palestinos “tienen el derecho de mantener su lucha legítima por medios pacíficos para poner fin a la ocupación”, agregó, antes de denunciar que el plan estadounidense “viola los acuerdos de Oslo”.
De esos acuerdos, firmados en 1993, nació la Autoridad Palestina, se definieron las relaciones con Israel en campos desde la gestión del agua hasta la seguridad y los lazos económicos.
Si los palestinos cesan de cumplir los acuerdos con Israel, eso tendrá tendrá consecuencia principalmente en la seguridad en Cisjordania.
Unos 400 mil colonos israelíes viven en este territorio, a menudo conflictivamente, con más de 2,5 millones de palestinos, y la cooperación de los servicios de seguridad palestinos e israelíes ha permitido desactivar decenas de atentados antiisraelíes.
Cohetes desde Gaza
Milicianos de la Franja de Gaza dispararon ayer un cohete hacia Israel por cuarto día consecutivo desde que Donald Trump presentara el martes el plan de paz que los palestinos han rechazado.El lanzamiento de proyectiles desde el bloqueado enclave costero ocurre de forma puntual y aumenta con los repuntes de tensión como los que se viven estos días contra la propuesta de Washington. Israel ha respondido hasta ahora y, como es habitual, con bombardeos de represalia contra objetivos del movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto el enclave desde 2007. Los aviones israelíes bombardearon “objetivos de los terroristas de Hamás en el norte de la Franja de Gaza”, indicó un comunicado del ejército. “Entre los objetivos, se encontraba un almacén de armas y una infraestructura subterránea utilizada por Hamás”, agregó. El viernes se efectuaron disparos de mortero y de cohetes y se lanzaron globos explosivos desde la Franja de Gaza hacia el sur del territorio israelí.