Treinta horas al volante. Una odisea para llegar a la zona más afectada por el terremoto en Japón. Alli llegó Adrián Della Rosa y encontró a su esposa e hijos a salvo en su casa.
Después de atravesar casi todo el país en su auto, el argentino llegó a su hogar, donde los esperaban su esposa Alejandra Sato, y sus hijos Angelina, de nueve años, y Valentino, de seis, que luego de la tragedia permanecieron en un refugio pero luego pudieron volver a su casa.
"Los chicos no entendían lo que pasaba, me preguntaban por su padre", dijo Alejandra en una entrevista con C5N.
Al momento del terremoto, Della Rosa se encontraba por razones laborales en la ciudad de Kobe, a mil kilómetros de su familia. Se enteró del terremoto por un mensaje de texto que le envió su esposa y a partir de ese momento perdió todo contacto con ellos.
De inmediato emprendió una búsqueda desesperada para reencontrarse con su familia.
"Mi esposa me mandó un mensaje de texto y me dijo 'hay un terremoto tremendo, se cae todo. Te amo'", relató Della Rosa a canales de TV argentinos.
Desde entonces, recorrió gran parte del país al volante, mientras dialogaba con distintos medios de prensa.
El viernes, Margarita Sato, madre de Alejandra, había contado a Perfil.com cómo vivía ella esa odisea desde Córdoba.