INTERNACIONAL

La principal petromonarquía del mundo pierde otro heredero

Nayef bin Abdulaziz,de la poderosa Dinastía Al-Saud, tenía 79 años y murió el sábado en Ginebra.El extraño sistema de sucesión. Fotos. Galería de fotos

Nayef bin Abdulaziz, de la poderosa Dinastía Al-Saud, tenía 79 años y murió el sábado en Ginebra.
| AP

La noticia de la muerte del príncipe heredero, Nayef bin Abdulaziz, sorprendió al reino de Arabia Saudita, principal exportador de petróleo en el mundo y gran aliado de Occidente en Oriente Medio. Nayef, de la poderosa Dinastía Al-Saud, tenía 79 años y murió el sábado en Ginebra (Suiza), y -aunque se cree que tenía cáncer- no fue confirmada la causa de su deceso.

Arabia Saudita deberá elegir a otro sucesor del rey Abdallah, de 88 años y medio hermano del difunto príncipe. Nadie ha sido oficialmente designado para convertirse en príncipe heredero, pero el príncipe Salman, ministro de Defensa, de 76 años, y hermano del heredero fallecido aparece como el eventual sucesor.

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La muerte de Nayef llega apenas 8 meses después del fallecimiento del anterior príncipe heredero, Sultan. El extraño sistema de sucesión -que desde 1953 se transmitió entre hermanos- convirtió a Arabia Saudita en una "gerontocracia" dirigida desde hace décadas por hombres mayores de ochenta años, la mayoría con problemas de salud.

El denominado "Consejo de lealtad", constituido por 35 príncipes y presidido por el decano de los Al-Saud, el príncipe Mishaal (medio hermano del rey Abdallah), es el encargado de nombrar al nuevo heredero, que debe ser elegido entre alguno de los 7000 varones descendientes del rey Abdulaziz, que fundó el reino en 1932. Desde la muerte de Abdulaziz, en 1953, cinco de sus hijos se han sucedido en el trono, ofreciendo una imagen de solidez y continuidad para esta estratégica monarquía árabe.

El príncipe pertenecía al "Clan Sudayri" (formado por los siete hijos varones del rey Abdulaziz y Hassa Al Sudayri), considerada la la corriente ultraconservadora de la dinastía, y era conocido por todos su fuerte oposición a medidas reformistas como las elecciones o el permiso para conducir a las mujeres. Jugó además un importante papel al recibir en Arabia al derrocado presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali y en enviar tropas a Bahrein para ayudar a reprimir la contestación animada por los chiitas.

El presidente estadounidense, Barack Obama, y su secretaria de Estado, Hillary Clinton, ofrecieron sus condolencias por la muerte del heredero saudita, a quien consideraron "un socio importante y apreciado por Estados Unidos". "Bajo su dirección, Estados Unidos y Arabia Saudí desarrollaron una asociación fuerte y eficaz en la lucha contra el terrorismo, que ha salvado vidas estadounidenses y saudíes", explicó Obama en un comunicado.

Según la televisión oficial saudita, el príncipe será sepultado el domingo, después de una oración en la tarde en la gran mezquita de La Meca, ciudad santa del oeste de Arabia Saudí. Su tumba no tendrá lápida y señal alguna.

(*) Especial para Perfil.com.
Twitter: @dariusbaires