Unos 300 encapuchados rompieron tiendas, coches, vidrios de bancos e incendiaron basura en las proximidades de la plaza Omonia de Atenas, Grecia, al margen de dos manifestaciones que estaban convocadas en protesta por la muerte de un joven baleado por la policía el sábado pasado.
En el momento en que los manifestantes se dirigían hacia el Parlamento, algunos grupos de jóvenes se separaron de la masa para romper vidrios y hacer desmanes. Incluso prendieron fuego los principales almacenes en el centro de Atenas y el árbol de Navidad gigante situado en el exterior de la sede del Parlamento. La policía reaccionó lanzando gases lacrimógenos.
Obligado por los acontecimientos, el primer ministro griego, Costas Caramanlis, lamentó la muerte del chico, pero advirtió que habrá "mano dura" contra los que están causando los desmanes, según asegura El País.com .
“Los responsables tendrán el castigo que se merecen”, dijo Caramanli, en referencia a los dos agentes implicados en la muerte de Alexandros Grigoropulos. Pero también hizo referencia a los manifestantes violentos que llevan tres días expresando su malestar en la calle. “Aquellos que quieren aprovecharse de la situación y desencadenar la violencia, demuestran que tienen como objeto sólo la violencia y la destrucción. Nuestra prioridad es proteger al ciudadano y sus bienes”, rescata el portal español.
Las protestas se han generalizado por toda Grecia y por algunos otras ciudades europeas. En Berlín, un grupo de más de 20 manifestantes interrumpieron por algunas horas las actividades del consulado griego en el centro de la capital alemana, en una protesta pacífica sin mayores incidentes.
Grigoropoulos murió el sábado pasado en el transcurso de un incidente con una patrulla de la policía en un barrio donde los enfrentamientos entre policía y anarquistas son habituales. Según los agentes, un grupo de 30 jóvenes atacó el patrullero con piedras y bombas incendiarias. Hicieron tres disparos al aire para ahuyentarlos, pero Grigoropoulos recibió un disparo en el pecho.
Testigos presenciales aseguran que uno de los agentes disparó al joven a sangre fría. El cuerpo del joven está siendo examinado para determinar la trayectoria del proyectil. Los padres han contratado a un forense para garantizar la transparencia del examen, explica El Pais.com.