Los operadores de la planta nuclear dañada por el terremoto y tsunami trabajan a contrarreloj para completar el tendido de un cable eléctrico que podría alimentar el sistema de enfriamiento y solucionar la crisis antes que haya una fusión completa en uno de sus reactores. Sin embargo, al mismo tiempo hubo señales preocupantes: un aumento del nivel de radiación, un humo blanco cuyo origen no se explicó y varillas de combustible nuclear que, según funcionarios estadounidenses, podrían diseminar material radioactivo.
Dos helicópteros del Ejército japonés comenzaron en la mañana (anoche en Argentina) con el lanzamiento de agua sobre el dañado reactor 3 de la central. Cada helicóptero puede cargar 7,5 toneladas de agua. El agua cayó sobre el bloque 3, cuyo techo desapareció por explosión.
En Washington, el presidente de la Comisión Reguladora Nuclear, Gregory Jaczko, dijo que el agua se agotó en los depósitos de combustible usado de la Unidad 4 en la planta nuclear Fukushima Daiichi. Sin embargo, funcionarios japoneses desmintieron esa información.
Si Jaczko tiene razón, no hay nada que impida el aumento de la temperatura de las varillas de combustible usadas, lo que llevaría en último término a una fusión nuclear. La cobertura de las barras también podría incendiarse con suficiente potencia como para diseminar el combustible radiactivo en un área extensa.
Jaczko no dio mayores precisiones sobre sus fuentes de información, pero la comisión y el Departamento de Energía de Estados Unidos cuentan con expertos en la planta de seis reactores en la costa nororiental de Japón, devastada el viernes por un terremoto de magnitud 9,0 y el tsunami que lo siguió.
La situación en la planta pareció empeorar, ya que se veía humo blanco y se detectó un aumento de los niveles de radiación. Esto obligó a los operadores a retirarse durante varias horas por el riesgo a exponerse a la radiación.
La preocupación internacional aumentaba y el director del Organismo Internacional de Energía Atómica, el japonés Yukiya Amano, dijo que iría a su país para evaluar la situación .
La temperatura en las piscinas de enfriamiento para las barras de combustible usado en Fukushima alcanzó valores dramáticamente altos, informó la OIEA en base a datos japoneses. En el reactor 4 fueron medidos el lunes y martes 84°C. Según el OIEA, la temperatura en las piscinas es mantenida en circunstancias normales por debajo de los 25°C.
Los funcionarios japoneses generaron esperanzas de que la crisis se alivie con un cableado que volvería a activar los sistemas de refrigeración. Naoki Tsunoda, otro vocero de Tokyo Electric Power, dijo que el cable estaba casi terminado y que las autoridades pensaban probarlo "lo más pronto posible'', aunque no dijo cuándo.