La Organización de las Naciones Unidas (ONU) registró más de 21.000 crímenes contra niños durante conflictos armados en 2017, según un informe publicado por el secretario general del organismo, Antonio Guterres. Esto incluye más de 10.000 mutilaciones y asesinatos durante combates, así como casos de violencia sexual verificados por la ONU, ataques a escuelas y hospitales y niños reclutados como soldados.
Según el informe anual sobre niños y conflicto armado, al menos 6.000 crímenes fueron perpetrados por fuerzas gubernamentales y más de 15.000, por grupos armados no estatales. Las fuerzas militares de Myanmar y las fuerzas de los Gobiernos sirio y yemení figuran en la lista de perpetradores. En Siria, en 2017 se registraron 2.896 crímenes graves contra niños, la cifra más alta verificada alguna vez en esa nación.
Las víctimas infantiles aumentaron el año pasado en Myanmar e Irak debido al aumento de los enfrentamientos violentos. Los casos de reclutamiento de niños se cuadruplicaron en la República Centroafricana y se duplicaron en la República Democrática del Congo, mientras que se mantuvieron estables en Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen.