El Ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, le dio un ultimátum a la canciller Angela Merkel para que ajuste las normativas de asilo que ofreció a los inmigrantes en su país o arriesgarse a lanzar a Alemania a una crisis política que también sacudiría a Europa.
Tres años después de la decisión de Merkel de abrir las fronteras de Alemania a los inmigrantes que huyen de la guerra en Siria e Irak y la miseria en otros lugares, se produjo el ascenso de la extrema derecha provocando desacuerdos en la bancada conservadora de la canciller.
Ahora, el ministro del Interior de Alemania dio a la canciller dos semanas para encontrar una solución para terminar con la afluencia de solicitantes de asilo, de lo contrario ordenará a la policía fronteriza que rechace a los migrantes.
Los problemas de Merkel se producen cuando los países de la Unión Europea (UE) están una vez más en desacuerdo con la inmigración, provocada por la negativa de Italia este mes de permitir que un barco de rescate que transportaba a 630 inmigrantes atracara. Malta también desvió la embaracación, causando una importante disputa en Europa hasta que finalmente España acordó recibir a los recién llegados.
En Alemania, un millón de solicitantes de asilo fueron admitidos en el país desde el año 2015. El ministro del Interior alemán ha sido una de las voces críticas más feroces a la posición liberal de Merkel y ahora con el apoyo total del partido bávaro CSU quiere impulsar una reglamentación que rechace en la frontera a los recién llegados que hayan estado previamente registrados en otro país de la UE, a menudo su primer puerto de escala como son Italia o Grecia.
Esa medida no es del agrado de Merkel, que considera que eso dejaría a los países en la periferia sur de la UE solos a la hora de lidiar con la afluencia de inmigrantes. Por ello, quiere encontrar una solución europea común en la cumbre que tendrá lugar entre el 28 al 29 de junio.
"Cómo actuarán los alemanes decidirá si Europa se mantiene unida o no", sostuvo Merkel a los líderes de la Unión Demócrata Cristiana, según los participantes en la reunión de Berlín. Los altos directivos del partido de Seehofer se reunían por separado en Múnich.
