INTERNACIONAL
desafío ruso

Moscú sigue sus propias reglas

Especialistas coinciden en que la tensión con Ucrania muestra que Rusia se está aislando poco a poco, distanciándose de la comunidad internacional.

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Putin. Acusa a Estados Unidos de la tensión que se acumula en Europa. Su mensaje: “Que Occidente reconozca nuestra esfera de influencia”. | afp

El cordón umbilical entre Rusia y Ucrania es difícil de cortar. Desde principios de diciembre, Rusia ha desplegado más de 100 mil soldados cerca de la frontera ucraniana (a una distancia de entre 50 y 100 kilómetros). En respuesta, las tropas ucranianas también se han acercado a la frontera. El 15 de diciembre, Rusia fue aún más lejos al pedir a Estados Unidos que retire la promesa de ingreso en la OTAN hecha a Ucrania en 2008. “¿Por qué ampliaron la OTAN y renunciaron a los tratados de defensa antimisiles? Los Estados Unidos son los culpables de lo que está ocurriendo ahora, de las tensiones que se acumulan en Europa”, dijo Putin.

Amenaza que no es tal. “La OTAN es considerada por los rusos como una amenaza, aunque se supone que es una fuerza defensiva y no ofensiva. Es comprensible, dado que se trata de una alianza de treinta países a la que se suman muchas potencias militares”, argumenta Maxime Philaire, coordinador adjunto de la Red Quebequense de Estudios Postsoviéticos. Por el contrario, Peter Dickinson, editor de Ukraine Alert en el Atlantic Council (think tank estadounidense) y Anton Barbashin, director editorial de Riddle, sostienen que la amenaza de la OTAN es un buen disfraz para Rusia. En realidad, sus intereses están en otra parte. Dickinson dice que “los rusos utilizaron el tema de la OTAN porque es bastante atractivo públicamente para la audiencia internacional y hace que las quejas de Rusia sean legítimas”.

“La OTAN –añade Dickinson– no tiene un historial de acciones agresivas y, desde luego, no contra Rusia. Es una alianza defensiva y todo el proceso de expansión de la OTAN tras el final de la Guerra Fría fue impulsado en su mayoría por los nuevos miembros. Lo mismo ocurre ahora con Ucrania. Putin habla de ello como si la OTAN estuviera intentando tomar Ucrania. En realidad, Ucrania está pidiendo desesperadamente que la OTAN la acepte”. 

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El especialista apunta también a la imposibilidad técnica de que la OTAN ataque a Rusia. “La OTAN es una alianza de treinta países, y si bien Estados Unidos la domina, para atacar a Rusia necesitarían el acuerdo de todos los países miembros. Por lo tanto, sería absurdo pensar que la OTAN podría atacar a Rusia. Rusia lo sabe, y cuando dice ‘queremos que la OTAN retroceda’ quiere decir ‘queremos que Occidente reconozca nuestra esfera de influencia’”. 

Barbashin coincide con Dickinson en que “Rusia se está justificando y legitimando con esta amenaza, pero en realidad no tiene fundamentos. El gabinete ruso quiere discutir con Estados Unidos de cuestiones de seguridad europea y esta supuesta amenaza abre una puerta al diálogo”. 

Por su parte, Phillaire sostiene que “Rusia sabe que también tendrán un diálogo franco con Biden, a diferencia de Trump, que muchas veces no cumplió sus promesas. Rusia tiene los perfectos argumentos para intervenir, pero sus intereses son otros.

“El mayor interés de Rusia es la reintegración de Dombass (la región del este ucraniano donde estalló un movimiento separatista pro ruso), que se considera una herramienta de influencia política en Ucrania”, dice Barbashin.  

Dickinson destaca otro factor en juego: “Ucrania para Rusia está muy cerca culturalmente en términos de religión, etnia y familia. Muchos rusos consideran a Ucrania como parte de Rusia. Si la democracia triunfa en Ucrania y si esta es capaz de integrarse a Occidente, será un ejemplo muy peligroso para el régimen autoritario de Rusia. El mensaje en Rusia es siempre ‘la democracia está bien para algunos países, pero no funciona para nosotros’”. 

Identidad. Está en cuestión también “el sentido de la identidad rusa, porque los rusos creen que el origen de Rusia está en Kiev y que la historia rusa comienza en Kiev. La línea roja no es la OTAN, es Ucrania”, añade el especialista del Atlantic Council.

La OTAN es una alianza de treinta países y todos deberían aprobar cualquier ataque

El editor de Ukraine Alert también destaca que Moscú sabe que Washington tiene intereses en que no haya ninguna intervención militar rusa. “Estados Unidos tiene un gran interés en evitar que Rusia tome el control de Ucrania porque eso pondría al mundo en una segunda guerra fría y desafiaría todo el concepto de seguridad internacional”. 

También hay cuestiones legales y morales implicadas, recuerda Dickinson. En 1994, Estados Unidos, Rusia, Ucrania y el Reino Unido firmaron un acuerdo para que Ucrania, el tercer país con más armas nucleares en ese momento, las entregara a Rusia contra la garantía de Ucrania, es decir, la protección contra cualquier ataque. “No era un tratado y no era jurídicamente vinculante, pero aquí hay un aspecto moral. Desde que Rusia rompió este acuerdo, Estados Unidos y el Reino Unido están en cierto modo obligados a defender a Ucrania. Si no lo hacen, la comunidad internacional podría pensar que la palabra estadounidense no es de fiar”, afirma. 

Phillaire sostiene que “las condiciones son muy difíciles para la OTAN porque si aceptan firmar un tratado diciendo que ya no se expandirán, también están sentando un precedente para Rusia y están mostrando al mundo que Rusia decide quién entra y quién no entra en la OTAN”. Por lo tanto, los riesgos de una intervención militar dependerán de la capacidad de diálogo de la OTAN, Estados Unidos y Rusia. 

Para Barbashin, el escenario es muy similar al de Georgia en 2008, lo que significa que, si no encuentran un acuerdo, la escalada será muy probable. No se puede descartar una ofensiva rusa en Ucrania, pero tanto Phillaire como Dickinson coinciden en que militarmente no podrían invadir todo el país. Las pequeñas operaciones serían posibles, pero quizá no les convenga al final en términos de costo. Los ataques aéreos, por ejemplo, no serían tan costosos y podrían darles cierta credibilidad.

Europa. Alemania y Francia no ayudan a mantener la paz a bordo. “Alientan a Rusia, quizá no directamente, pero sí indirectamente”, según Dickinson. Estos países dependen de Rusia y no están dispuestos a sancionarla de forma importante económicamente, que es lo único que teme Moscú.  Alemania está construyendo un oleoducto que va de Moscú a Berlín, mientras que los rusos están probablemente implicados en la guerra civil en el este de Ucrania. Esto podría demostrar que la democracia es defendida por la UE según su conveniencia. “Sin embargo, (el nuevo canciller alemán Olaf) Scholz parece decir que será mucho más duro con Rusia que su predecesor, y esto podría cambiar todo el juego, ya que Alemania es el país más poderoso de la UE”, recuerda Dickinson.

Para los rusos, su historia comienza en Kiev. La línea roja no es la OTAN, es Ucrania

Todos los especialistas consultados coinciden en que Rusia se está aislando poco a poco, distanciándose de la comunidad internacional y siguiendo sus propias reglas.

 Esto podría tener un grave impacto en la seguridad internacional, dado el ascenso del Estado autoritario de China y el apoyo indirecto de Europa a Moscú.

 


 

Rusia retiró 10 mil soldados de la frontera con Ucrania

Agencias

Más de 10 mil militares rusos volvieron a sus bases tras un mes de maniobras en el sur de Rusia, cerca de la frontera ucraniana, centro de las tensiones entre ambos países, informó Moscú. 

El Ministerio de Defensa ruso afirmó en un comunicado que las maniobras “de entrenamiento al combate” tuvieron lugar en varios terrenos militares cercanos a Ucrania: en las regiones rusas de Volgogrado, Rostov, Krasnodar y la península anexionada de Crimea.

Kiev estima que hay unos 122 mil militares rusos posicionados a unos 200 kilómetros de la frontera, a los que se sumarían más de 143 mil a una distancia de 400 kilómetros. Rusia sostiene que tiene derecho a movilizarse ante el acercamiento ucraniano a la OTAN.

En su comunicado, el ejército ruso no especifica sin embargo a qué bases han regresado las tropas. 

“Con el fin de garantizar un alto estado de alerta durante las fiestas en los emplazamientos militares del distrito militar sur, se asignarán unidades de guardia, refuerzos y fuerzas para hacer frente a posibles situaciones de urgencia”, añadió el comunicado.

Tensiones. Desde hace más de un mes, Occidente acusa a Rusia de reunir a decenas de miles de soldados cerca de la frontera ucraniana, con la vista puesta en una posible agresión militar contra Kiev, algo que Moscú niega.

El jueves, Putin declaró que “Ucrania podría estar preparándose para una operación militar”.

Por su parte, un día despues, la portavoz de la cancillería rusa, María Zajarova, insistió en la misma linea: “En vez de poner fin a la guerra civil, Kiev parece estar preparándose para resolver por la fuerza el llamado problema del Donbás”.

El gobierno ucraniano, por su parte, negó las acusaciones. La declaración del presidente de Rusia sobre la supuesta preparación de una operación militar en el Donbás es falsa”, sostuvo el vocero de la cancillería ucraniana, Oleh Nikolenko.

Por otra parte, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) reveló la detención de un militar ruso en la región de Voronezh por sospechas de “alta traición”, según un breve comunicado publicado por el organismo en su página web.

Así, indicó que el militar, cuya identidad no ha trascendido, habría sido reclutado por los servicios de inteligencia de Ucrania y recopiló información sobre las actividades de las Fuerzas Armadas, una filtración que “podría dañar la capacidad defensiva del Estado”.